Suplementos alimenticios

La filosofía de la práctica médica moderna

Toda la historia de la medicina es paliación y estimulación. Si se está enfermo, se toma la pastilla prescrita que quitará el dolor. Si se está cansado, se toma la vitamina, hierba, licor, droga o minerales y las baterías del cuerpo se recargarán, el humor mejorará, las preocupaciones se suavizarán y todos los problemas se resolverán. ¡Es demasiado bonito para ser verdad!
Somos una nación enferma y enfermamos más a cada momento. Todavía no hemos aprendido que solamente la naturaleza puede curar, que la salud no se puede forzar, sino que se debe mantener y construir comiendo y viviendo correctamente.
 

Complementos

Se pueden encontrar actualmente tiendas naturistas en cualquier centro comercial, ofreciendo toda clase de formas mágicas de restaurar una salud radiante a un público profundamente preocupado, dispuesto a comprar lo que ofrecen. Pero desafortunadamente continúan sus prácticas de vida destructivas.
¿Es cierto que debido a que la gran mayoría de las personas actualmente vive en ciudades donde la calidad de la comida es muy inferior a la ideal, debemos complementar nuestra dieta para mantener un nivel razonable de salud?
En estos días donde el suelo tiene deficiencias de minerales, ¿deberíamos complementar el contenido de nuestra comida para asegurar que recibimos la cantidad suficiente de estos importantes nutrientes? Después de todo, es bien conocido que la humanidad ha utilizado hierbas históricamente desde tiempos inmemoriales y, por lo tanto, ipso facto, deberían ser una parte importante de nuestro armamento para que nuestros sistemas se fortifiquen contra posibles “ataques” de gérmenes, hongos y/o virus. En otras palabras, a través de la complementación podemos estar preparados para una batalla contra un formidable enemigo.
Algunos “científicos” recomiendan una mega complementación de vitaminas y minerales como medio de conseguir rejuvenecer, recuperar energía y mejorar su salud en general. ¿Es posible cuestionarse que “quizás las vitaminas son otro truco que acelera el desperdicio de energía vital, más que la tan anhelada juventud?”.
 

Principios inmutables que gobiernan la vida

Los Higienistas inequívocamente mantienen que una ley general rige la vida, ley derivada de la fisiología y biología, y que no podemos saltarnos esta ley en nuestra alimentación o en nuestra vida. Ignoran o desafiar las leyes de la vida pasa cuenta a nuestra salud, en proporción a la extensión e intensidad de las infracciones cometidas.
Cuando entenderemos que nosotros, como todas las criaturas vivas, formamos parte de un universo en el que toda la vida está regida por las mismas leyes, dejaremos de buscar “curas”, pararemos de tomar pastillas y recurrir a sustancias viles; renunciaremos a nuestros hábitos y prácticas estimulantes y empezaremos a vivir higiénicamente. Cuando se obedecen las leyes de la Naturaleza, se nos recompensa con todas las facetas de la felicidad.
 

Vitaminas

¿Qué son las vitaminas?

Las vitaminas no son sustancias misteriosas que guardan la llave de la vida y la salud como nos quieren hacer creer en la literatura popular.
 

Un negocio rentable

La venta de vitaminas es un negocio rentable. Algunos terapeutas venden vitaminas directamente a sus pacientes, o tienen comisiones al recomendar ciertas marcas.
 

Como miembros de un grupo

Las vitaminas son simplemente un grupo de sustancias orgánicas que están presentes en extremadamente pequeñas cantidades en alimentos naturales. Son esenciales al metabolismo, y si hay un aporte insuficiente puede afectar a la salud de forma adversa. Esta afección es acumulativa, no espectacular. No aparece por el hecho de faltar una vitamina o grupo de vitaminas una vez, sino que la degeneración de órganos y de tejidos son el producto de muchos años de cuidarse mal de uno mismo, incluyendo entre otros, una toma inadecuada de vitaminas de fuentes naturales.
 

La necesidad de vitaminas es exagerada

Las vitaminas son sólo un grupo de los importantes factores de nutrición naturales. Se encuentran en alimentos como exquisitas frutas maduras, hojas verdes y otros deliciosos alimentos de la mano de la Naturaleza.
Nuestra sistémica necesidad de vitaminas ha sido sumamente exagerada por ciertos intereses comerciales, y como resultado, hay una gran cantidad de individuos desinformados que indiscriminadamente atiborran sus cuerpos con suplementos de algún tipo, en lo que se conoce como megadosis de vitaminas.
 

El problema generado por el exceso

Como con cualquier tipo de sobrealimentación, cuando se exceden las necesidades del cuerpo por cualquier nutriente, el sistema es llamado a disponer del exceso tan bien como pueda. En este proceso, se sobrecarga el hígado y los riñones y se gasta la energía adaptativa y otras reservas, no siendo posible recuperarlas nunca a su nivel anterior.
 

Grupos de vitaminas

Las vitaminas son compuestos químicos orgánicos que están normalmente divididos en dos grupos: vitaminas solubles en grasa y vitaminas solubles en agua.
Algunas vitaminas son proteínas con moléculas muy complejas mientras otras parecen ser simples aminoácidos.
Las vitaminas asisten a nivel celular a utilizar y asimilar los alimentos; y si se encuentran en exceso estimulan el proceso metabólico. Su principal responsabilidad es regular la actividad del cuerpo.
El cuerpo tiene otros ayudantes que también realizan la misma función regulatoria: las enzimas. Miles de reacciones químicas a nivel celular dependen de la acción enzimática. Sin su presencia, las funciones metabólicas simplemente no podrían tener lugar. Sin la presencia de ciertas enzimas, muchos procesos en el cuerpo en los cuales las vitaminas juegan un rol peculiar requirirían temperaturas tan altas que el cuerpo literalmente se quemaría.
Por lo tanto, las vitaminas asisten las enzimas en su función catalítica. Por esta razón se llaman también “co-enzimas”. Asisten tanto las hormonas como las enzimas.
 

Sinergía vitaminas-enzimas-hormonas

Las secreciones de las glándulas secretoras, las hormonas, son las principales reguladoras de la actividad metabólica, además de instigadoras de la acción metabólica. Son las principales responsables de mantener funcionando la actividad metabólica. Como reguladoras del organismo, controlando que no se agote el reloj biológico.
Así que las vitaminas y las enzimas comparten de forma dual esta mayor responsabilidad trabajando en tandem, por así decir, con las hormonas. Ninguno puede cumplir sus responsabilidades sin la presencia de los otros. Esto es sinergía.
 

Otras funciones de las vitaminas

Por lo que se sabe hasta ahora, las vitaminas no suministran energía ni nutrientes al cuerpo humano, sino simplemente hacen posible que el sistema se apropie de proteínas, carbohidratos, grasas y sales. También se sabe que son absolutamente necesarias para el crecimiento, porque son necesarias en la división celular; desempeñan un papel importante en la regeneración de materia celular y en el mantenimiento de toda la salud. Algunas están involucradas en el mantenimiento de la membrana, en la estimulación de la actividad cerebral, la limpieza del sistema capilar periférico, la coagulación sanguínea, y un sinfín de otras actividades. Seguramente todavía no conocemos todas sus funciones.
 

La falacia de la suplementación en vitaminas

De la explicación anterior podríamos deducir que cuantas más vitaminas se tomen, más saludables estaremos, pero desgraciadamente esto no es cierto. Tenemos una capacidad limitada de utilizar y/o almacenar vitaminas. Cuando cualquier sustancia, incluyendo vitaminas,  se introduce en el sistema en exceso, los órganos reciben una carga innecesaria. Es una influencia obstructiva en el cuerpo y en consecuencia potencialmente perjudicial. El sistema tiene que tratarlo de la forma menos dañina.
El exceso de cualquier sustancia se detecta inmediatamente. Una señal de alerta que indica peligro es enviada vía el sistema nervioso al cerebro donde es interpretada, evaluada y se envía una respuesta apropiada; o bien se puede transmitir la alerta a una subestación más local para una respuesta del sistema simpático.
Si una sustancia obstructiva, como por ejemplo una sobrecarga de vitaminas debido a la complementación, no se puede almacenar o eliminar de forma temporal o permanente depositándola en algún lugar del cuerpo donde no interfiera de forma importante en la función sistémica normal y puede ser “tolerada”, entonces el cuerpo instigará otras medidas para desecharla del sistema tan rápido como sea posible.
La vía usual de eliminación son los riñones. Cuando éstos tienen un servicio de emergencia, han de trabajar horas extras. Las vitaminas en exceso se tratan de la misma forma que cualquier otro obstáculo innecesario. La vía más fácil y rápida de eliminar el exceso de vitaminas es por la orina (¡produciendo una excreción muy cara!).
Para poder realizar el vertido el sistema nervioso estimula el cuerpo y acelera la actividad metabólica. La estimulación produce una sensación de bienestar a la persona que ha tomado la vitamina y es por esta razón que la necesidad de este tipo de estimulación puede volverse habitual.
Esto se explica porque parece que hay un equilibrio muy delicado entre las secreciones de las glándulas, las hormonas, las vitaminas y las enzimas; especialmente con los millones de enzimas.    Una vez en el cuerpo las vitaminas toman su propio lugar en un esquema de la vida tremendamente complicado sobre el cual todavía conocemos muy poco. No solamente no trabajan solas, sino que requieren otros factores para ser efectivas, factores como grasas, minerales, hormonas, etc. En poco tiempo el cuerpo se acostumbra a su presencia estimuladora y cuando ya no la tiene, el bienestar puede hundirse rápidamente a niveles muy bajos, tal y como sucede con todo síndrome de abstinencia.
Realmente conocemos muy poco sobre la vida dentro de la célula. Pero lo que sabemos indica que la toma indiscriminada de vitaminas puede perturbar el delicado equilibrio nutritivo resultando en una confusión metabólica y afectando la salud.
Algunas vitaminas, al igual que las enzimas, se encuentran en todas las células vivas, de origen vegetal o animal. No todas las vitaminas son necesarias en todos los animales, pero parece ser que las vitaminas que un organismo necesita deben estar presentes en todo momento. Esto también se aplica al hombre, pero debe recordarse que el papel de las vitaminas es secundario, es un asistente, no un instigador.
 

Las plantas como proveedoras

Las plantas son el único organismo que puede sintetizar vitaminas, aunque los animales también sintetizan algunas. Este hecho significa que todos los animales dependen del reino vegetal para sus vitaminas. Es cierto que algunos animales pueden tomar el precursor de la vitamina, la provitamina, y a partir de ésta completar la síntesis. Por ejemplo, el hombre puede tomar el caroteno suministrado por la zanahoria y otros vegetales, y con una serie de cambios químicos, convertirlo en vitamina A.
Hasta cierto punto, el hombre también es capaz de almacenar vitaminas en el hígado y otras partes del cuerpo, como reservas para tiempos de necesidades extraordinarias.
Otro punto de interés es el hecho de que las plantas que tienen el mayor contenido de minerales también tienen el mayor contenido de vitaminas; y que la parte de la planta más rica en minerales también lo es en vitaminas. En otras palabras, parece que en la naturaleza los procesos vitales que favorecen la apropiación de minerales en la planta también favorecen la síntesis de vitaminas, y que quizás, debido a que la naturaleza está tan simbióticamente interconectada, las proporciones que se encuentran en las plantas de consumo humano también son las más favorables para la salud del hombre que las come.
Cuanto más oscuro es el color de la planta mayor es su contenido en vitaminas y minerales. Cuando las hojas de las plantas están expuestas a varios días de luz solar se dotan de abundantes vitaminas y minerales.
De este hecho se puede deducir que hay una relación entre vitaminas y minerales, un equilibrio preciso en cada planta, y en cada parte de la planta. Por lo tanto, parece lógico pensar que si queremos maximizar la toma de vitaminas y minerales, deberíamos comer alimentos expuestos al sol. Y para conservar la energía corporal, deberíamos concentrarnos en los alimentos que son fácilmente digeribles y no poseen irritantes. Una planta que tenga el máximo contenido en vitaminas no tiene por qué ser buena para comer para el hombre. Por ejemplo, las guindillas (o pimientos picantes) contienen 21.600 unidades de vitamina A por 100 gramos, comparados con los 1.330 unidades del mismo peso de melocotones.
Las vitaminas se encuentran en cantidades adecuadas en todas las frutas y verduras que sirven para alimentar los hombre. Las cantidades son muy pequeñas, bajo nuestra forma de pensar. Pero la naturaleza raramente se equivoca, por lo que podemos deducir que nuestra necesidad de vitaminas es probablemente “muy pequeña”. Este concepto ha sido corroborado por considerables investigaciones. También parece razonable por el papel que juegan las vitaminas en el cuerpo, el cual es esencial pero limitado a ser reguladores de la actividad, y también porque comparten esta responsabilidad con las hormonas.
Un exceso en un factor puede destruir la delicada relación entre todos los nutrientes y puede perturbar la función endocrina.
 

El exceso

Es posible que un exceso de vitaminas perturbe la precisa gestión de la actividad metabólica e incluso la sobre-estimule, produciendo efectos indeseables, lo que se denominan efectos secundarios de los medicamentos, los cuales siempre existen pero no son siempre discernibles. Como mínimo, todo exceso puede acelerar el reloj biológico.
Como se ha dicho varias veces, nuestro conocimiento de los intríngulis bioquímicos del cuerpo humano está todavía a nivel de parvulario, y nos ponemos en riesgo si jugamos con los afinados procesos corporales, cuando pre-juzgamos una necesidad desconocida e ingerimos o inyectamos sustancias fabricadas por el hombre de valor dudoso, aunque se hayan publicitado como naturales u obtenidas de fuentes naturales; no son realmente naturales.
A la luz de nuestra falta de conocimiento preciso sobre las dosis exactas requeridas (las recomendaciones del gobierno son, como mucho, una estimación aproximada), el problema continua siendo saber la necesidad exacta; mientras que nuestro organismo puede determinarlo con un alto grado de exactitud.
Mientras que se han propuesto los requerimientos diarios de vitaminas, no han habido tests para evaluar las necesidades relativas de vitaminas; no tenemos un conocimiento fiable de los valores proporcionales de una vitamina con otra o con todas las otras y, de nuevo, con las hormonas con las que se comparten responsabilidades. Seguramente estos valores dependen de cada individuo. Parece que es imposible de determinar la necesidad exacta de cada individuo, ya que las circunstancias metabólicas fluctúan.
Otro tema a destacar es que los fabricantes de vitaminas deben utilizar vitaminas químicamente puras. Si utilizaran vitaminas naturales sus pastillas serían demasiado grandes para poderlas tragar. Los alimentos naturales contienen una cantidad demasiado pequeña de vitaminas para formular medicamentos o complementos. Además necesitan añadir un excipiente para que sus productos sean agradables al paladar y no se puede determinar con precisión el efecto de estos excipientes.
En resumen, es mejor seguir el plan de la Naturaleza para tomar las vitaminas, contenidas en los alimentos que nos ofrece.
La mayoría de recomendaciones de complementación de vitaminas proceden de la experimentación en ciertas especies de animales bajo un entorno controlado; no en su entorno natural. Además, estas especies de animales pueden guardar o no una relación biológica con el hombre; y las circunstancias del animal en laboratorio guardan poca relación con la vida frenética, estresante y cargada de emociones de una persona media en nuestros días, cuya actividad metabólica está constantemente monitorizada por las glándulas endocrinas y el sistema nervioso.
Además los experimentos son demasiado cortos para ser válidos. Se sabe desde hace tiempo que se necesitan cuatro o cinco generaciones para evaluar un cambio alimentario.
En consecuencia, como Herbert M. Shelton proclama, los tests son aplicables solamente al animal en cuestión (bajo precisas circunstancias y condiciones) y no al hombre. Incluso puede que no sean aplicables al mismo animal en otras circunstancias. Sylvester Graham remarcó que hay una similitud de funciones y de principios en todo el reino animal, pero que hay también diferencias fundamentales entre especies.
Los experimentos pueden ser diseñados de forma que produzcan los resultados deseados o esperados. La mayoría de la investigación está financiada por el gobierno, por grupos organizados o por compañías comerciales con un interés en ciertos resultados. Las personas que han recibido subvenciones, siendo algunas sumas enormes, podrían estar inclinadas a sesgar los resultados de su investigación, incluso sin ser conscientes, para agradar a sus sponsors y mantener la fuente de financiamiento.
El R.D.A (cantidades diarias recomendadas en Estados Unidos) son aproximadamente el doble (en algunos casos incluso más) de las necesidades mínimas estimadas, las cuales muchos científicos reconocen que no se pueden determinar fácilmente. De hecho, algunos científicos sostienen que las personas normales no necesitan suplementación mientras sigan una buena dieta; solamente pueden ser necesarias vitaminas extras en ciertas enfermedades carenciales en circunstancias extremas.
No hay ninguna necesidad de que una persona que siga una dieta Higienista se preocupe por si obtiene suficientes vitaminas. La Naturaleza ha provisto todo lo que necesitamos. Millones de personas han vivido sanos durante siglos antes de que se aislara la vitamina C del limón. Los químicos y/o los fabricantes no pueden poner vida y salud dentro de un bote de pastillas. Y tampoco se puede extraer y comprimir en una cápsula la fuerza vital que reside en una planta y todavía ser viable.
Si se come fruta fresca, una pequeña cantidad de hojas frescas, unas pocas nueces y semillas comestibles, se obtendrán multiplicadas varias veces las cantidades recomendadas, en la combinación correcta con otros nutrientes, y no las vitaminas extraídas sintéticas que estimulan y aceleran la respuesta orgánica más allá de la norma.
 

Vitaminas y “Curas”

Muchas de las llamadas “curas” se atribuyen a la terapia nutricional con vitaminas, de la misma forma que también se atribuyen a los medicamentos.
Dar vitaminas terapéuticamente con la intención de influenciar favorablemente el progreso de una cierta enfermedad es un serio error porque, en realidad no se cura, sino simplemente se suprimen las acciones curativas iniciadas por el organismo que ya están en progreso. La supresión de los síntomas es lo que normalmente se considera una “cura”, pero desafortunadamente la cura representa sólo una suspensión temporal hasta que la función es restablecida.
Cuando una sustancia extraña o indeseable entra en el organismo, se emplea toda la fuerza vital que se puede extraer de los procesos vitales para neutralizarla. Este esfuerzo, cuando es sostenido durante largo tiempo, acaba convirtiendo una crisis de curación de corta duración, en una enfermedad crónica que el cuerpo conduce incesantemente.
Se han utilizado los medicamentos durante miles de años para aliviar dolores y “curar” enfermedades. El hombre tiene la tendencia a mantenerse sujeto a sus costumbres incluso si son destructivas para su vida, y es esta tendencia la que le lleva a buscar “curas” en vez de determinar la raíz de sus problemas y cambiarlos.
Las vitaminas comerciales actúan de la misma forma que los medicamentos, provocando una acción defensiva. Tomando vitaminas no se consigue llegar a la causa o causas de un organismo perturbado.
El organismo aprende a tolerar las vitaminas y la estimulación que suministran hace sentir bien a la persona, pero este bienestar es una fachada engañosa, ya que es el resultado de una estimulación, no de salud. La estimulación se obtiene a expensas de una pérdida de energía vital.
 

Minerales

La función principal de los minerales

El Dr. Herbert M. Shelton afirmó que los minerales son los “pilares fundamentales” del cuerpo. Son básicos para la construcción de los huesos, tejidos, nervios y músculos. También son necesarios en todas las funciones del organismo. Sin minerales no podríamos movernos o pensar. Constituyen nuestra principal reserva y nos ayudan a soportar el habitual estrés diario. Sus funciones son innumerables.
Aunque los minerales son tan importantes para la vida, son quizás uno de los temas a los que la comunidad científica presta menos atención, aunque los últimos años se ha empezado a darles más importancia.
 

Adoctrinamiento del público

Debido al creciente interés en el campo de la nutrición de un público desilusionado con la medicina, ciertos intereses comerciales ensalzan las virtudes de añadir minerales a la toma de vitaminas. Estos consejos se basan en la experimentación animal, la cual, como ya se ha explicado, no es necesariamente extensible al hombre.
 

Minerales para los hombres

El cuerpo humano obtiene sus minerales en forma de sales orgánicas presentes en los alimentos.  Pero no todas las plantas son adecuadas al consumo humano. Un alimento es una sustancia que el organismo humano puede utilizar para construir sangre, huesos, ligamentos, tejidos y nervios, y formular secreciones.
El hombre se alimenta de frutas y verduras que contienen las sales orgánicas necesarias. A partir de estos alimentos, gracias a los procesos de digestión, absorción, transporte y asimilación celular, es capaz de reorganizarlos en su propia materia orgánica adecuada al crecimiento, reparación, curación y cualquier otra función necesaria. Estos procesos se concluyen con el drenaje donde los desechos metabólicos se eliminan y vuelven a su punto de origen, la tierra. Cuando todos estos complejos procesos que representan los ciclos internos de la vida se mantienen en equilibrio, pueden sostener la salud de las células, y por lo tanto, del cuerpo.
 

El bio-ecosistema

Los seres vivos se clasifican en tres grupos: el reino animal, el reino vegetal y el reino saprófitos.
Los saprófitos toman los desechos orgánicos, plantas y animales muertos, y por el proceso del metabolismo desorganizan las moléculas orgánicas en elementos minerales inorgánicos simples que son cedidos de nuevo a la tierra. Allí se encuentran disponibles para las plantas en solución acuosa, las cuales procesan y reorganizan estos minerales inorgánicos en moléculas orgánicas adecuadas para la planta. De esta forma los minerales inorgánicos derivados de la vida orgánica muerta vuelven a formar parte de las estructuras vivas.
En la secuencia ecológica los animales no están diseñados a poder utilizar minerales inorgánicos. Tampoco tienen la habilidad de utilizarlos para sus procesos de construcción, reparación, curación, replicación o cualquier otra función. Los animales solamente pueden utilizar minerales orgánicos como alimentos y cada especie tiene su tipo de alimentos que le son apropiados.
El hombre está estructuralmente diseñado para comer abundantes frutas maduras, algunas hojas y algunos frutos secos y semillas comestibles. Estos alimentos suministran todos los minerales necesarios para mantenerlo en salud suprema.
 

Sales inorgánicas y el hombre

El cuerpo humano rechaza los minerales inorgánicos, y si no se pueden eliminar del cuerpo de alguna forma, permanecen en los fluidos o se depositan o precipitan en cualquier sitio. La sal común es uno de estos minerales orgánicos.
Cuando se ha tomado una cierta cantidad de materia inorgánica ésta puede depositarse, añadiendo viscosidad a los fluidos de tal forma que con el tiempo el cuerpo tendrá que depositar este “lodo” en cualquier sitio, como arterias, articulaciones, alrededor de las sinapsis nerviosas, músculos, causando un desequilibrio en la proporción de sólido-fluido, con un agarrotamiento gradual, una rigidez de músculos y una fragilidad de huesos.
La sal de mesa es inorgánica. La sal es altamente tóxica y destructiva, especialmente al tejido nervioso.
Sin embargo, la sal que forma parte de la lechuga, por ejemplo, tendrá un buen uso en nuestro cuerpo. Por ejemplo, la sal orgánica puede unirse a radicales ácidos que de otra forma podrían dañar los tejidos. En cambio, estos ácidos unidos con el sodio de los alimentos orgánicos, son simplemente eliminados del cuerpo o simplemente neutralizados. La sal orgánica ayuda a mantener limpios los fluidos y es un componente importante de muchas secreciones del cuerpo, lágrimas y jugos gástricos, entre otros.
La Naturaleza se ha desarrollado de forma que el cuerpo humano depende de minerales naturales orgánicos que componen las moléculas de los alimentos vivos. Rechazará las moléculas inorgánicas porque no se pueden utilizar. No contienen vida.
 

Deficiencias y la falacia de la terapia de suplementación

Los análisis del cabello y de sangre son los más utilizados para detectar “deficiencias” en minerales. Pero por desgracia, ninguno de los dos es estático. La composición del cabello y la sangre está siempre en cambio constante. Muchas de estas “deficiencias” son debidas a una mala digestión, la cual es a su vez atribuida a una falta de ácido clorhídrico en el estómago. Cuando se sospecha esto último, la práctica más común es tomar una cápsula de ácido clorhídrico. Esta “terapia” pretende mejorar la digestión de proteínas, y por lo tanto, la disponibilidad de minerales. Además también se toman complementos de minerales (inorgánicos).
La idea básica de este tipo de “terapia” es que una falta de ácido estomacal indica un problema en las glándulas que producen dicho ácido, debido a la enervación producida por los múltiples errores de alimentación y estilo de vida. Cuando cualquier parte del cuerpo está fatigado o sobrecargado con desechos tóxicos, disminuye la eficiencia de sus funciones.
 

Una forma mejor

Las cápsulas de ácido clorhídrico y minerales inorgánicos no son útiles. La mejor manera es empezar por limpiar el cuerpo, eliminar desechos mórbidos, desorganizar y eliminar grasa, autolizar los quistes y los tumores, y luego reconstruir un cuerpo más sano, que funcione magníficamente, utilizando todos los requisitos fundamentales de la existencia orgánica. Cuando esto se haya conseguido, la sangre y los fluidos contendrán todos los minerales y otros nutrientes necesarios para servir las necesidades de las células.
 

La ley de la economía

La ley de la economía enuncia que si no hay demanda de producir una cierta sustancia en el cuerpo (secreción, etc.), éste no lo producirá. Si un suplemento sustituye una cierta sustancia que  se produce normalmente el cuerpo, con el tiempo la persona dejará de fabricarlo y se volverá dependiente de este suplemento. Sin el suplemento su salud se deteriorará rápidamente.
Los suplementos estimulan el cuerpo, mientras que las facultades de síntesis son paralizadas y la deterioración interna continua sin cesar. El proceso se puede comparar a la drogadicción. Después de un tiempo el individuo debe recurrir a un aumento de la dosis de minerales para obtener la misma sensación de bienestar. Pero la dosis tiene límites, ya que no se ha producido ninguna curación.
 

Desequilibrios en el cuerpo

El cuerpo humano necesita tener los nutrientes en proporciones sinérgicas. El cuerpo no tolerará ningún tipo de desequilibrio. De hecho, cuando existe un desequilibrio, el cuerpo está en peligro y nos lo hará saber de alguna forma, con algún síntoma.
Los minerales, vitaminas y enzimas son esenciales a los sistemas del organismo, pero deben estar presentes en un contexto orgánico sinérgico balanceado, como el que se encuentra en los alimentos destinados al hombre, sino no tienen ningún valor. Y no tan sólo no sirven, sino que el desequilibrio producido por los suplementos reduce la efectividad de todos los otros nutrientes, incluso los que proceden de fuentes de alimentos adecuados.
 

Los minerales como nutriente

Los minerales forman parte de todas las células, tejidos, órganos y sistemas del cuerpo. Se encuentran especialmente concentrados en los huesos, dientes, pelo y uñas. Sin minerales la alcalinidad, viscosidad y salinidad de la sangre y otros fluidos del cuerpo puede estar en riesgo.
Los minerales sirven para desintoxicar el sistema siempre que los desechos sólidos lo amenacen. Por lo tanto, siempre que el organismo tenga una cantidad equilibrada y completa de minerales, disponibles en el momento necesario, estará protegido contra el deterioro. La concentración adecuada de sales minerales en los fluidos intersticiales protege que las membranas celulares estallen, y permite que las membranas dejen pasar los desechos celulares fuera de la célula.
Los minerales también permiten mantener el pH de la sangre y otros fluidos dentro de los estrechos parámetros necesarios. Si el pH varía ligeramente la enfermedad aparece inmediatamente e incluso se puede llegar a la muerte. Para mantener el pH estable, los mecanismos homeostáticos del cuerpo tomarán minerales de los órganos que contienen más cantidad para asegurar los procesos vitales.
El mineral que se selecciona más frecuentemente es el calcio, el cual se obtiene de los dientes (produciendo caries), huesos (causando osteoporosis). El hecho de que el 99% de americanos tengan una o más caries dentales y la mayoría de personas de más de 50 años tengan osteoporosis evidencia las carencias en minerales sean tan extendidas. Pero suplementar con calcio inorgánico no soluciona este problema.
 

Enzimas

Una cuestión resuelta

“¿No sería maravilloso que nuestros científicos pudieran encontrar una sustancia que pudiera asegurar la digestión de la comida, limpiar las úlceras, reducir las inflamaciones, promover la cicatrización, licuar las mucosidades; en resumen, obrar todo tipo de milagros?” Bien, no la han encontrado, pero sí la Naturaleza. De hecho la Naturaleza ha producido una familia entera de estas sustancias milagrosas: son las enzimas.
El organismo humano contiene millones de enzimas. Se encuentran en los alimentos que comemos y en cada célula del cuerpo. Las enzimas son compuestos orgánicos altamente especializados formados por polímeros de aminoácidos. Un polímero es una gran molécula o compuesto formado por la unión de dos o más moléculas idénticas más pequeñas.
Los polímeros no se encuentran nunca en el reino inorgánico. Las enzimas se encuentran solamente en plantas y animales. Son catalizadores de actividades biológicas. A continuación se explica con más detalle el papel de las enzimas.
 

Las enzimas como catalizadores

Un catalizador es una sustancia que causa o acelera una reacción química, manteniéndose inalterada.
Las enzimas sirven como catalizadores de la actividad metabólica. Actúan para asistir en la velocidad de las numerosas acciones y reacciones químicas de los procesos metabólicos. Las enzimas pueden aumentar la tasa y la efectividad de una reacción sin ser consumidas en el proceso.
Muchos de estos procesos que se dan en el cuerpo humano a temperaturas normales necesitarían para producirse en laboratorio centenares o incluso millones de grados de temperatura y la presencia de un fuerte reactivo. En cambio, estas mismas reacciones se pueden cumplir de forma instantánea gracias a una enzima en el tranquilo entorno de un cuerpo humano.
 

Activación de las enzimas

La mayoría de las enzimas se encuentran inactivas hasta que son llamadas a realizar sus funciones catalíticas. Para iniciar la acción de las enzimas, es decir, activarlas, es necesario que esté presente algún ion metálico (una partícula cargada eléctricamente) o alguna molécula orgánica simple o una co-enzima.
Como se ha destacado anteriormente, las vitaminas sirven como activadores y como reguladores de la actividad enzimática. Esto es un buen ejemplo de la sinergia dentro del sistema, y también una buena razón por la que tomar factores enzimáticos aislados puede perturbar la actividad enzimática, causando fluctuaciones en la temperatura, cuyos valores precisos son necesarios para concluir con éxito los procesos metabólicos. Las enzimas actúan sólo dentro de rangos de temperatura muy limitados. Alrededor de 94 grados Fahrenheit (34.5ºC) las enzimas de los alimentos empiezan a perder su efectividad y alrededor de 118 grados Fahrenheit (47.7ºC) ya no funcionan. Al otro lado de la escala, empiezan a volverse inactivas alrededor de los 32 grados (0ºC) y se destruyen totalmente a -104 grados (-75ºC). Por lo tanto al hervir, freír, hornear, calentar de cualquier forma, deshidratar y congelar reduce o destruye la presencia de enzimas en la comida.
Algunos terapeutas que recomiendan la toma de suplementos llegan a hacer análisis de enzimas pancreáticos sanguíneos. Otro método de análisis de enzimas pancreáticas es el test urinario del indican.
Cuando se detectan carencias de esta enzima se recomienda tomar complementos de enzimas pancreáticas, e incluso también de ácido clorhídrico. En cambio, la forma correcta sería reducir drásticamente la ingesta de proteínas o bien realizar un ayuno para eliminar los desechos tóxicos que cargan el cuerpo e impiden la producción eficiente a nivel celular. Es decir, intentar restaurar el sistema a una condición capaz de una producción eficiente a todos los niveles, incluyendo la síntesis y utilización de las enzimas.
 

Otras funciones

Las enzimas no tan sólo ayudan en los maravillosos procesos de la vida sino también asisten en la muerte. Cada minuto millones de células en el cuerpo mueren. Entonces, deben ser desechadas rápidamente, función que realiza las enzimas.
Las células muertas son atacadas inmediatamente por las enzimas asignadas a esta específica tarea de limpieza. Son los liposomas. Estos desintegran el desorden antes de que pueda obstruir las funciones normales.
Las enzimas normalmente trabajan dentro de la célula donde se han sintetizado. Su función principal es la construcción de proteínas para la célula donde residen. El hombre está realmente maravillosamente diseñado. Y algunos creen que las enzimas en suplementos pueden sustituir esta inteligencia innata…
 

Otros suplementos

El hombre ha sido siempre muy ingenioso intentando encontrar formas de compensar los defectos de su dieta y estilo de vida. Algunas personas toman levadura (de cerveza) regularmente. Aunque al principio esto les produce dolores de vientre, lo cual es una señal de su peligrosidad, continúan tomándola. El sistema al final se acomoda al tóxico, abandonando su fuerza vital.
Las personas anémicas toman pastillas de hierro, Aunque pueden experimentar una estimulación, no “curan” nada. Sus cuerpos se continúan deteriorando en estructura y funciones.
Otros añaden fibra en sus cereales del desayuno para remediar el estreñimiento. Al examinar la fibra en un microscopio se observa los puntiagudos bordes, los cuales con el tiempo lastiman la mucosa del canal digestivo.
Se sabe que al sustituir la insulina glandular por insulina producida externamente, después de unos dos años, la glándula se atrofia. De la misma forma, al utilizar tiroxina para sustituir la función de la tiroides se acaba desactivándola. Y podríamos continuar recitando una lista de suplementos “ayuda”.
Los científicos de la ciencia de la vida conocemos que la belleza, el estado físico saludable y una dilatada vida libre de enfermedades sólo puede conseguirse alimentándose y viviendo correctamente, no a través del uso de suplementos.

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Del capítulo "Lesson 39 - Food Supplements” del libro "Life Science Health System" de T.C.Fry, en Rawfoodexplained.com