Las Leyes de la Vida

Introduction

Toda la vida está sujeta a leyes. Éstas relaciones suministran el equilibrio necesario para la supervivencia y sustento. También dictan las condiciones, los requisitos primordiales y las limitaciones por los cuales podemos prosperar y vivir sanos.

La vida es un continuo. Está gobernada por leyes inmutables. Estas leyes son invariables. Deben cumplir ciertos criterios para ser consideradas como leyes de la naturaleza. Estos criterios son:

Primero, el principio, relación o ley debe ser fijo o constante; debe ser el mismo en todos los lugares y en cualquier momento, y aplicable universalmente bajo cualquier condición.

Segundo, debe estar gobernada por un order universal, armoniosa con todas las otras leyes, fiable y predecible.

Tercero, debe estar inherente en la naturaleza como un factor integral, necesario a la compleción de la secuencia de los procesos naturales; es decir, la naturaleza tal y como la conocemos no puede sostenerse sin ellas.

Cuarto, debe abarcarlo todo. Debe gobernar todos los aspectos de la naturaleza.

Y quinto, debe describir concisamente y con exactitud la secuencia normal de desarrollos y ser el principio de guía en las relaciones fundamentales.

Todas las leyes de la naturaleza cumplen estos criterios.

Comprender las leyes de la naturaleza y utilizarlas inteligentemente en unas vidas es la esencia de la Higiene Natural / Ciencia de la Vida. Cuanto mejor conozcamos las leyes de la naturaleza y cómo nos afectan, y cuánto más las observemos y las sigamos armoniosamente, mayor será nuestro nivel de salud, y más efectivamente resistiremos las adversidades a las que nos confrontamos.

La Higiene Natural / Ciencia de la Vida es el estudio de los requisitos primordiales de la vida y la comprensión y correcta aplicación de las leyes de la naturaleza para cubrir las necesidades de la vida y preservarla. Lo que hagamos o no hagamos ahora y desde ahora determina nuestra calidad de vida y de salud.

A continuación se detallan las leyes de las relaciones vitales, los principios fundamentales y secundarios de la Higiene Natural /Ciencia de la Vida, formulados conforme a la ley universal y los estudios comparativos de biología, bioquímica, anatomía y fisiología. Estas leyes determinan la vida tal y como la conocemos; las leyes de la naturaleza que nos gobiernan y nos suministran la capacidad de defensa natural. Una existencia libre de enfermedad con salud perfecta es posible si dejamos que la naturaleza sea nuestra guía y vivir en armonía con sus mandatos.

Todas estas leyes de relación vital están basadas en dos principios fundamentales: la Ley de la Identidad, como fue establecido por Aristóteles en el tercer siglo a.C., y la Ley de la Auto-Protección o Ley de la Homeostasis también conocida como la Gran Ley de la Vida. Todos los otros principios secundarios se han construido a partir de estos dos principios fundamentales.

Las leyes de la naturaleza para vivir sanos

Principios fundamentales


 La Ley de la Identidad

Todo ser vivo existe como algo particular, con cualidades específicas, atributos, potenciales y limitaciones inherentes al organismo; un organismo vivo es lo que es y no puede actuar contrariamente a su naturaleza.

Lo que esto significa básicamente, sin entrar en una larga discusión de biología, bioquímica, anatomía y fisiología comparativa, es que todas las características biológicas, bioquímicas, anatómicas y fisiológicas del hombre lo sitúan claramente en la clase de frugívoros como un  primate del orden más alto, como lo indica el número, estructura y fórmula dental de los dientes; la longitud y estructura del sistema digestivo, la posición de los ojos, las funciones de la piel, el carácter de las uñas, las características de la saliva, el tamaño relativo del hígado, el número y posición de las glándulas mamarias, la posición y estructura de los órganos reproductores, el carácter de la placenta humana, la naturaleza de tener dos manos y dos píes, el método de transporte físico y muchos otros factores, todos indicando sin duda nuestra naturaleza constitucional y herencia biológica como un frugívoro, cuya dieta principal consiste principalmente en frutas. Por nuestra naturaleza como frugívoro, no podemos funcionar correctamente yendo en contra de esta naturaleza. Los frugívoros pueden compartir algunas hojas verdes y otras partes vegetales de forma aventajosa. El hombre puede, de acuerdo con su naturaleza constitucional, añadir algunos vegetales verdes y frutos secos a la dieta de frutas, según la mayoría de Higienistas.

Hay otros factores importantes necesarios a la vida humana los cuales contribuyen a nuestro bienestar. Son esenciales a la integridad funcional y armonía sistémica del organismo humano. Son: aire puro, agua pura, limpieza, descanso y sueño, temperatura corporal, ejercicio, sol, relajación, equilibrio mental y emocional, entorno agradable, libertad creativa, auto-disciplina y otros factores importantes.
 

La Ley de la Auto-Protección

(o Homeostasis), también conocida como la Gran Ley de la Vida enuncia:
Cada célula viva está dotada de un instinto de auto-preservación, sostenida por una fuerza vital inherente al organismo. El éxito de esta tarea es directamente proporcional a la cantidad de fuerza inherente disponible e inversamente proporcional al grado de su actividad.

Lo que esto significa, de forma resumida, es que si se suministran las condiciones adecuadas a los organismos vivos, éstos automáticamente progresarán en la dirección de salud perfecta. Lo bien que lo harán dependerá de cuánta energía vital haya en reserva y cuánta poca sea gastada en la actividad. El instinto se define por ley natural como “la propensión innata a actuar sin dirección consciente”. Todos los organismos están provistos de ciertos instintos, impulsos, deseos inherentes e indicaciones que pueden ser percibidos también como molestias, los cuales incitan a actuar en su propio interés.

Todos los principios secundarios son básicamente elaboraciones, o principios secundarios derivados de este principio fundamental de auto-protección.
 

La Ley del Orden


El organismo vivo es completamente auto-constructor, auto-servidor, auto-mantenidor, auto-director, auto-reparador, auto-defensor y auto-curador. Son procesos biológicos, extensiones de los mecanismos fisiológicos normales que renuevan y reparan el organismo de forma diaria, y son conseguidos por las propias fuerzas y procesos del organismo de una forma justa y ordenada.
 

La Ley de la Acción


En las relaciones entre organismos vivos y materia inerte, la primera es activa y la segunda es pasiva siempre; (R. Trall) por lo tanto, cualquier acción que ocurra en el organismo como resultado de influencias externas, la acción es atribuida al organismo vivo el cual es el único empoderado con la habilidad de actuar, y a ningún material, agente o influencia inerte.

Esto significa que si se suministran las condiciones erróneas, como contaminantes o sustancias venenosas, y se toman en el cuerpo del exterior, se provoca una acción defensiva y el esfuerzo instintivo del organismo para defenderse a nivel celular, orgánico y sistemático como una unidad. Este principio va de la mano de la próxima ley.
 

La Ley de la Energía


La energía empleada, y consecuentemente gastada, en toda acción vital o medicinal, es energía vital, generada desde dentro; es el organismo vivo que actúa, es la energía vital la que produce la acción, y ninguna sustancia fuera del cuerpo contiene ninguna energía de curación.

Las sales, aunque sea en gran cantidad, no pueden “mover” el intestino de un hombre muerto, no producen ningún efecto, pero si las sales fueran la causa de la motilidad deberían producir un efecto. El intestino no tiene motilidad cuando falta vida. Cuando más vigorosa sea una persona, y más vitalidad posee, más enérgica es la respuesta del intestino a las sales; mientras que si la persona está débil, la respuesta es difícilmente perceptible. En las relaciones entre materia viva y muerta, la materia viva es activa, mientras que la muerta es pasiva. La acción de la materia viva es proporcional a la necesidad de acción y a la cantidad de energía de acción que se posee.

La energía se siente sólo cuando se gasta, nunca cuando es pasiva. Por lo tanto, uno se siente fuerte cuando se está debilitando, y se siente débil cuando se está fortaleciendo recuperando energía. El hombre que ha tomado una bebida alcohólica se cree que se ha hecho más fuerte, cuando en realidad el alcohol solamente ha ocasionado el gasto de la energía que posee. De esta forma la estricnina podría fortalecer el corazón hasta que lo agotara. Una zambullida en agua fría o un corto baño caliente produce una sensación general de fortalecimiento y bienestar ocasionando un gasto de energía.

Lo que parece dar fuerza es lo que la gasta, y lo que parece curar un paciente es lo que adelanta  su muerte; los agentes que parecen soportar y sostener la vida son las que minan los fundamentos de la vida.
 

La Ley de la Compensación


Para poder gastar energía vital por una parte, la naturaleza debe conservarla y regenerarla por otra parte.

Esta ley significa que se debe mantener un equilibrio entre el gasto y el reemplazo de energía. El cuerpo cumple automáticamente este equilibrio en condiciones ideales.
 

La Ley de la Eliminación Selectiva


Todas las sustancias injuriosas que penetran en un organismo son contrarrestadas, neutralizadas y expulsadas por los medios y canales que producen menor daño al organismo.

Ejemplos de esta ley quedan ilustrados por las aparentes acciones de los medicamentos que se toman, los cuales dependiendo de su composición parecen afectar a ciertas partes del cuerpo de una forma particular. De hecho, el cuerpo está actuando hacia el medicamento según su carácter químico, utilizando el punto de menor resistencia para contrarrestarlo y eliminarlo, dependiendo de las partes del cuerpo que pueden hacerlo con los menores efectos perjudiciales.

Los laxantes no actúan sobre el intestino, sino que son expulsados a través del intestino. Los diuréticos no actúan sobre los riñones, sino que estos medicamentos son eliminados a través de este órgano, etc.
 

La Ley de la Acomodación Vital


La respuesta del organismo a estímulos, agentes e influencias internos y externos es intrínseca y instintiva. Está basada en las capacidades de auto-conservación, auto-mantenimiento y auto-defensa que permiten al organismo adaptarse, “tolerar” o acomodar estas influencias externas que no puede utilizar, escapar, destrozar, eliminar o controlar en ninguna forma posible para mantener la integridad celular, orgánica y sistemática y para proteger la vida del organismo. Esta respuesta de acomodación se produce a expensas de la enervación, disfunción de la salud y consecuente degeneración del organismo en proporción directa a la cantidad de las influencias y a los efectos tóxicos y enervantes producidos por las influencias degenerativas.

Esta ley significa que el organismo puede tolerar o acomodarse a las influencias externas que entran en contacto con éste. Se “adapta” a todo aquello de lo que no puede liberarse. El cuerpo intenta de todas las formas posibles mantener el equilibrio funcional, sacrificando su bienestar. Se sacrifica el vigor funcional en aras de la supervivencia. Cuando se toman compromisos, son a nuestra costa.

Esta ley se explica el desarrollo de durezas y cojinetes en las plantas de los pies de las personas que caminan descalzas, o de las manos de los trabajadores manuales.

De la misma forma, se puede observar en las personas que toman habitualmente tabaco, condimentos, especies, dentífricos antisépticos, alcohol, té, café, laxantes, etc., un endurecimiento y engrosamiento de las delicadas membranas que cubren la boca, garganta, estómago e intestino. Pero esta protección es un mal negocio, el negocio de mantener el sistema acostumbrado a la acción de los productos irritantes. Esta protección no convierte en inocuos a estos productos.

La persona que habitualmente recurre a la “estimulación” llegaría a la extenuación y se destruiría a sí mismo si el organismo no tuviera medios para contener su reacción frente al “estimulante” y para disminuir el gasto de energía vital. El primer efecto de la “estimulación” es la exaltación de la función; pero si continúa durante mucho tiempo o se repite a menudo, el organismo cesa de responder al estimulante, y se necesita una dosis superior para obtener el mismo efecto de “estimulación”, hasta que finalmente resulta en agotamiento, con la total abolición de la función.

La primera calada de un cigarrillo suele ocasionar una fuerte reacción contra éste. La persona se siente enferma: dolor de cabeza, nausea, vómito, pérdida de apetito, debilidad, etc. Mientras las facultades fisiológicas y los instintos no están depravados y discapacitados, se percibe instantáneamente el carácter venenoso del tabaco y activa la alarma a todo el sistema. Se realiza un esfuerzo vigoroso para destruir y eliminar esta sustancia, y el consumidor se ve forzado a deshacerse de su tabaco. Pero si continúa fumando, la reacción disminuye a cada repetición, hasta que finalmente la persona es capaz de fumar varias veces sin experimentar esta reacción. Su sistema ha aprendido a tolerarlo y se adapta a su uso en la medida de lo posible. El sistema se vuelve depravado y sus facultades dañadas por el uso del tabaco; su carácter venenoso ya no es detectado y no se activa ninguna alarma, sino que se desarrolla un deseo intenso por la sustancia. Sin embargo, el uso habitual de cualquier sustancia que es perjudicial en sí misma no puede de ninguna forma volverla inocua o beneficiosa; la presencia habitual de tal sustancia es perjudicial a la vida, aunque no se haga ningún esfuerzo para resistir a su acción.

Las costumbres, adquiridas gradualmente y bien establecidas, no pueden romperse súbitamente. No hay ningún peligro inmediato para la vida al romper súbitamente un hábito practicado desde hace mucho tiempo, pero suele ir seguido de una o más crisis o ataques más o menos severos ya que el organismo busca acomodarse a la nueva condición. Los efectos secundarios por sí solos pueden dar una pista de su influencia. Por ejemplo, una taza de café produce una sensación inmediata de bienestar, mientras que tomar un vaso de zumo de naranja no produce tal sensación. Pero cuando se observan los efectos secundarios de estas dos sustancias, no hay duda du cuál de éstas es realmente beneficiosa y cuál es perjudicial.

El hombre vive en prácticamente cualquier clima concebible y bajo prácticamente cualquier condición concebible, está sujeto a toda clase de influencias y se satisface en muchas diferentes costumbres. Si se le da suficiente tiempo, el cuerpo es capaz de adaptarse a todas estas diversas condiciones. Solamente los cambios repentinos y violentos pueden destruir la vida inmediatamente. No podemos transferir rápidamente los Esquimales a los trópicos, ni los Hottentot a Groenlandia. La toma de una cierta cantidad de alcohol, arsénico o opio de un usuario habitual puede ser mortal a una persona no acostumbrada.
 

La Ley de los Efectos Duales


Todas las sustancias y agentes que se toman dentro del organismo o entran en contacto con éste ocasionan dos acciones contrarias en el tiempo, siendo la acción reactiva o secundaria opuesta a la acción activa o primaria, y más duradera.

Un ejemplo de esta ley podría ser cualquier cosa que produzca una estimulación como acción primaria y de como resultado una reacción secundaria de depresión, como por ejemplo tomar una ducha muy caliente o muy fría, la cual da una primera sensación de vigor y una posterior sensación de “relajación”, lo cual en realidad es una enervación. Este efecto lo llamamos “ilusión estimulante” y es muy común en nuestras vidas actuales.
 

La Ley de la Utilización


Los elementos normales de la vida son todos los que el organismo es capaz de utilizar constructivamente, sea en salud o enfermedad. Debe haber siempre una relación normal entre el organismo, esté en actividad normal o anormal, y los elementos que contribuyen a sostener los procesos biológicos y fisiológicos.

Esta ley parece muy simple, pero es muy importante entenderla completamente. Lo que no es utilizable en estado de salud es igualmente inutilizable en estado de enfermedad. Hay dos categorías de sustancias que entran en contacto con el cuerpo: aquellas que aportan nutrientes, que son alimentos, y aquellos que no tienen una relación normal con el cuerpo. Estos últimos pueden ser químicamente peligrosos o relativamente inertes pero no proporcionan ningún alimento. Son venenos. Cuando estamos enfermos deberíamos tomar solamente aquellas sustancias que son elementos utilizables y necesarios cuando estamos sanos. Solamente éstas pueden ser beneficiosas.

Por lo tanto, en enfermedad, el cuerpo no es capaz de apropiar sustancias que contribuirían a enfermar si se toman en condiciones normales. Cualquier cosa que no ofrezca un valor nutritivo o no pueda ser apropiada al tejido vivo y no sea adecuada a nuestra identidad biológica y fisiológica como frugívoros, debe ser considerada como veneno y debe ser evitada en todas las ocasiones. Un veneno no tiene una relación normal con un cuerpo sano. No es utilizable ni en la salud ni en la enfermedad. La enfermedad es un proceso biológico - una acción defensiva instigada por el cuerpo en un esfuerzo de corregir lo que se ha convertido en un situación difícil amenazante para la vida de un organismo. Como tal, es un proceso normal de corrección de lo que se ha convertido en una anormalidad. El cuerpo se comporta esencialmente de la misma forma en enfermedad que en salud, tratando con la adversidad cuando se confronta a ésta; por lo tanto, los elementos de salud se emplean correctamente con el mismo propósito en el cuidado de un organismo enfermo que en uno sano.
 

La Ley de la Economía Especial


El organismo, bajo condiciones favorables, almacena todos los excesos de factores vitales para ser empleados en momentos de necesidades especiales.

La energía de reserva es la garantía más segura contra la “enfermedad”. El cuerpo siempre busca mantener una cierta reserva de energía y podemos disponer de esta energía solamente en casos de emergencias. Por lo tanto, las sustancias irritantes, mal llamadas estimulantes, producen una emergencia que llaman a la energía de reserva en un esfuerzo de superar la emergencia. Si no se utilizan estimulantes, el cuerpo tendrá siempre a mano una reserva de energía para hacer frente a otras emergencia de la vida.

Durante el descanso y el sueño el cuerpo almacena energía. En tiempo favorable también. En clima no favorable se gasta energía para defender el cuerpo contra el frío o calor excesivo.  Durante la actividad, se gasta energía para trabajar; Durante el reposo se recupera la energía.
 

La ley de la Conservación


Esta ley también es conocida como la ley de la autolisis. Siempre que se produzca una abstinencia de nutrientes se utilizan las reservas del organismo. Las reservas se conservan y se economizan. Las estructuras se autolizan en orden inverso de su utilidad mientras que las sustancias tóxicas son eliminadas en orden inverso a su acumulación cronológica.

Esta ley también se conoce y se entiende como el principio del ayuno, y va de mano con la Ley de la Economía Especial para ilustrar el proceso por el cual las reservas nutricionales se utilizan y los tóxicos son eliminados durante el ayuno. Es importante entender que durante el ayuno el cuerpo efectúa una remisión de la toxicosis con el menor daño posible al organismo. En todo momento el cuerpo protege su integridad sistémica más convenientemente. Es importante entender que el ayuno no causa la descarga de todas las acumulaciones tóxicas súbitamente en una completa acción; sino que los tóxicos se eliminan en proporción a la forma y el ritmo en que fueron acumulados.
 

La Ley de la Distribución Vital


La energía vital es distribuida a través del organismo según las necesidades particulares de las células, órganos y sistemas del organismo, extraídos del lugar donde la reserva es mayor y dirigidos al lugar donde hay mayor necesidad.

Esta ley nos ayuda a entender mejor la jerarquía que existe en todas las formas de vida la cual es elucidada mejor en la Ley del Orden. El cuerpo siempre está consciente de sus necesidades. Conoce cómo colmarlas con el menor esfuerzo y energía. Siempre actúa para conservar su propia integridad, operando de acuerdo a la necesidad y recurriendo primero a sus reservas de energía más abundantes.

El poder agregado del organismo, y sus recursos nutritivos, deben considerarse como un depósito de fuerza y de alimento, capaz de ser llamado en cualquier dirección y cualquier punto cuando hay una necesidad. En la distribución de energía y nutrientes no se permite que ninguna parte sufra necesidad en la medida en que sea adecuado; pero donde haya una escasez de energía o nutrientes, serán distribuidos de la forma que asegure la conservación de las estructuras vitales en primer lugar, y luego, los suministros restantes serán distribuidos a las estructuras menos vitales.

En emergencias, también llamadas enfermedades, la energía retirada de algunos órganos y su concentración en otros órganos se lleva a cabo con estricto control para el mayor bienestar del organismo.

El arte de la medicina no puede acelerar la recuperación o generación de energía o aumentar su cantidad en cualquier momento de buena o mala salud. La medicina no puede asegurar una distribución y uso más eficiente y ventajoso de la energía del que hacen las leyes vitales si no se les perturba en su tarea de administración de los asuntos orgánicos.
 

La Ley de la Selección Cualitativa


Cuando la calidad del nutriente que ha sido recibido por el organismo es superior a la del tejido actual, el organismo descartará las células de grado inferior para hacer lugar a la apropiación de material superior dentro del nuevo y sano tejido.

El cuerpo siempre mejora su calidad e integridad siempre que se presenta la oportunidad. Cuando se mejora la calidad de la alimentación y el estilo de vida, se realizan las mejoras correspondientes. Esta es la forma de mejorar la salud en general, cambiando condiciones de vida específicas.
 

La Ley de la Acción Peristáltica


Cuando hay una peristalsis siempre está acompañada de una contracción recíproca, con una onda de relajación previa a la contracción para facilitar la peristalsis, y con una relajación más o menos continua durante la ingestión y digestión de la comida.

La peristalsis es la función de la digestión que facilita el transporte de los alimentos y del bolo alimenticio a través del canal digestivo. Esta ley simplemente explica la mecánica de este transporte.
 

La Ley del Límite


Siempre que el gasto de energía vital ha llegado a tal punto que el agotamiento fatal es inminente, se establece un control sobre todo gasto innecesario de energía y el organismo se rebela contra más estimulación, incluso aquella a la que el cuerpo ya se había acostumbrado. Para conservar la vida del organismo se puede llegar al punto de la suspensión completa de funciones, incluso hasta a la postración y coma, con una pérdida completa de reacciones reflejas como medida instintiva.

Esta ley es una muy importante y necesaria válvula de seguridad a la que todos los organismos vivos recurren, basada en un instinto de auto-conservación. Es importante que la entiendan todos los que nos cuidan cuando perdemos el conocimiento y nuestros cuerpos recurren a la postración o coma como último intento para salvarse. Muchas veces las personas mueren durante el estado de coma porque aquellos que asisten la persona no consideran el coma como un señal de alarma para dejar el cuerpo que siga su curso tranquilamente, o porque el cuerpo ha sido perturbado en sus funciones bien iatrogénicamente (inducido por tratamientos o medicinas) en el hospital o por cualquier otro medio, que no se produce la postración o coma hasta que estas medidas se vuelven inadecuadas para proteger la vida de la persona.
 

La Ley del Mínimo


El desarrollo de los organismos está regulado por el suministro de aquel elemento que es menos abundante. El elemento cuyo suministro es más escaso determina la tasa de desarrollo.

Básicamente esta ley es: el elemento cuyas reservas o suministros son menos abundantes limitará el desarrollo que se puede producir. Todos los elementos son integrales y dependen uno del otro para el desarrollo celular, orgánico y sistémico. Siempre que deban utilizarse en conjunción uno con el otro, por ejemplo, si tres elementos son necesarios en un equilibrio natural para una reparación o desarrollo, el elemento que es menos abundante se convierte en el factor limitante para ese equilibrio necesario y por lo tanto finalmente determina el desarrollo que resultará. Este es el mayor argumento contra el uso de suplementos, que fallan en suministrar los nutrientes en una forma biológica satisfactoria y equilibrio correcto bioquímicamente, y también es el mayor argumento a favor de los alimentos orgánicos completos no procesados, los cuales nos suministran el equilibrio elemental correcto de nutrientes esenciales necesarios a un desarrollo equilibrado.
 

La Ley del Desarrollo


El desarrollo de todas o algunas partes del organismo se mide en proporción directa a la cantidad de energía vital y elementos nutritivos.

Básicamente significa que lo órganos, sistemas y todas las partes del cuerpo se desarrollan proporcionalmente a su ejercicio constructivo. El desarrollo se consigue a través del esfuerzo constructivo. Hay tres factores que determinan la capacidad vital: tamaño, flexibilidad y energía; estos tres elementos están interrelacionados, y, cuando se emplean de la forma más inteligente, facilitan el desarrollo más constructivamente. Por lo tanto, el desarrollo físico requiriendo las cualidades de fuerza, resistencia, destreza, velocidad, gracia o dexteridad en su ejercicio, están limitadas por nuestra capacidad vital. Cuanto más intensamente se utilizen estas cualidades en nuestras actividades, mayor desarrollo producirán en aquel aspecto de nuestro ser.

Un empleo moderado produce resultados moderados. La falta de uso da lugar a la atrofia. La energía y una cualidad física particular existe sólo en el grado en que es utilizada, y si no se usa, se perderá y solamente podrá recuperarse hasta cierto punto, siempre y cuando la atrofia no haya sobrepasado a un nivel irreversible.

La irreversibilidad siempre es trágica. Afortunadamente, el nivel de irreversibilidad es precedido por muchas señales de alarma en la forma de crisis y disfunciones. La tragedia reside en nuestra ignorancia de las leyes de la vida.

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Del capítulo "Lesson 79-The Laws of Life" del libro "Life Science Health System" de T.C.Fry, en Rawfoodexplained.com