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El por qué de los gases intestinales y cómo evitarlos

Wednesday 18 November 2020


La hinchazón abdominal y la flatulencia es una de las afecciones más corrientes en la población en general.
Popularmente es conocido que ciertos alimentos, como las alubias o judías blancas, producen gases. Pero existe un gran número de alimentos que también pueden provocarlos.
¿Por qué razón se producen los gases y cómo podemos prevenir su aparición?

En general, los gases intestinales son generados por las bacterias que habitan en nuestro intestino, al realizar éstas una descomposición de los alimentos que se están digiriendo, si se ha producido un sobrecrecimiento bacteriano y la comida ha quedado estancada en el intestino un tiempo suficiente para que fermente o se pudra.
Dadas las actuales costumbres de comidas, una deposición al día no es suficiente. Con la cantidad de comida que solemos ingerir, tres o más comidas al día, sería necesario evacuar varias veces. En cambio, se suele acudir al baño una vez, e incluso numerosas personas sufren un estreñimiento que les impide un tránsito regular diario. Este hecho provoca que una gran cantidad de materia se estanque en el intestino, con la consecuente fermentación o putrefacción, causante de la hinchazón.
El sobrecrecimiento bacteriano se produce debido a que se está suministrando alimento a las bacterias. Ellas se alimentan de todo aquello que nuestro cuerpo no puede digerir, si se les ofrece suficiente tiempo. Existen numerosas situaciones por las que nuestro cuerpo no puede digerir un alimento: debido a que es indigestible, o porque hay una intolerancia, o porque se ha sobrepasado la capacidad de nuestro cuerpo para digerirlo debido a un exceso en la cantidad de alimentos; o porque estábamos sometidos a estrés o un enfado o un disgusto; o en general, la situación de nuestro organismo en aquel momento no es la adecuada para digerir alimentos. Al ser alimentadas, las bacterias proliferan en nuestro intestino y producen gases como sub-productos de su metabolismo, además de toxinas.
Frente a esta problemática, existen principalmente dos opciones:
1) Tomar antibióticos y/o antifúngicos y/o tratamientos como la hidroterapia de colon para eliminar estas bacterias y/o hongos de nuestro intestino. Esta opción suele funcionar a corto plazo, pero no es duradera a largo plazo, ya que al continuar con la misma alimentación se continúa alimentando a las mismas bacterias, que poco tiempo después vuelven a aparecer, de la misma forma que en el campo las hormigas vuelven otra vez aunque se eliminen, siempre que haya restos de comida. Y no se puede tomar este tipo de medicamentos o realizar estos tratamientos continuamente, aunque sean naturales o de tipo alimentarios (como especies, ajo, hierbas, etc.)
2) Cambiar la alimentación y/o las costumbres de vida de forma que solamente alimentemos nuestro cuerpo pero no a las bacterias. Se trata de identificar la razón por la que existe un tránsito intestinal lento y una digestión defectuosa.
Para mejorar el tránsito intestinal es necesario eliminar los alimentos que lo ralenticen y bloqueen el paso de los alimentos más rápidos.
La fruta se digiere mucho más rápido que los otros alimentos. La carne y el pescado bloquean el paso de la fruta a través del intestino, porque necesitan mucho más tiempo para ser digeridos (hasta 3 días de la boca al ano), comparado con la fruta, la cual hace todo el recorrido muy rápido, normalmente en unas 12h, máximo 24 horas. También los cereales con gluten y las grasas  retrasan el tránsito intestinal de forma importante.
Se puede comparar esta situación digestiva a un camión que bloquea el paso de los coches. Los conductores tocan el claxon porque quieren pasar, y el ruido llega a los habitantes del vecindario que se encuentran en sus casas, los cuales dan la culpa a los coches. Pero el principal responsable del ruido es el camión que se encuentra al principio de la calle. Los coches representan la fruta, y el camión es como la carne, pescado, féculas y grasas.

Cuando la fruta queda bloqueada en el tracto digestivo fermenta, produciendo gas y toxinas. El gas es el responsable de la hinchazón y flatulencias. En este momento, desafortunadamente muchos médicos y nutricionistas diagnostican un sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) y una intolerancia a la fructosa, y recomiendan seguir la dieta FODMAP (Oligo-, Di-, Mono-sacáridos y Polioles Fermentables),, la cual prohibe la mayoría de frutas y verduras. Pero las frutas y las verduras no son los verdaderos causantes del problema.
En mi caso, antes de dejar de comer carne y pescado, prácticamente todas las frutas y verduras me provocaban gases, heces descompuestas y algunas veces dolores de vientre. Durante un tiempo, estuve siguiendo la dieta FODMAP, eliminando todas las frutas y verduras que se indica en la dieta, además de lácteos, algunos cereales y legumbres, con resultados satisfactorios a nivel intestinal. Pero mis alergias empeoraron de forma muy acusada, mis dientes se rompían, me sentía aletargada y mis capacidades cognitivas disminuyeron de forma alarmante.
En realidad, el problema no eran los alimentos FODMAP, sino la carne y el pescado, los cuales estaban provocando una intolerancia a los fructanos, y fructosa induciendo un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino (SIBO), bloqueando o retardando el paso de la fruta y verdura por el intestino. Cuando pasé a una dieta de sólo frutas y verduras, todos estos problemas desaparecieron.
En los casos en los que se necesita hacer la dieta FODMAP, en lugar de eliminar la fruta y la verdura, se debería evitar la proteína animal y todos los alimentos que ralentizan el tránsito intestinal, como los cereales, especialmente los cereales con gluten y los refinados.
La lactosa de los productos lácteos suele ser problemática también para la mayoría de personas, sobretodo los adultos, debido a la falta de lactasa. Desde el momento del destete, la producción de esta enzima va disminuyendo progresivamente, hasta que desaparece.
Las legumbres contienen oligosacáridos que son indigestos para los hombres.
Existe una larga lista de condiciones a tener en cuenta para realizar una buena digestión que también es recomendable tener en cuenta: evitar los excesos, no comer rápido o sin masticar bien, vigilar la combinación de los alimentos, etc. Tomar agua también incide negativamente en la digestión, aunque en la mayoría de comidas es necesario tomarla si los alimentos son “secos”, como la carne, pescado, patatas, cereales, legumbres y frutos secos. En este artículo se mencionan muchos de los aspectos importantes para obtener una buena digestión.
Pero la clave decisiva para evitar los gases es mantener un buen tránsito intestinal.

 

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