Reducir el estrés
La primera condición para poder poner en práctica un cambio en la vida es dedicarle tiempo. Si se quiere cambiar la alimentación será necesario aprender a cocinar de otra forma, acudir a cursos de cocina, buscar nuevos productos en las tiendas, encontrar nuevas tiendas que tengan productos de calidad, dedicar más tiempo dentro de la cocina, comer de forma consciente, aprender a conocerse uno mismo, etc.
De la misma forma, si existe una falta en algún otro aspecto de la vida habrá que dedicarle tiempo para mejorar en ese aspecto: espiritual, emocional, ejercicio físico, contacto con la naturaleza, etc., tanto si el trabajo es personal como si se tiene que acudir a una terapia. Así que el estrés y la falta de tiempo es el primer enemigo cuando se trata de recuperar la salud.
Cuando no se puede evitar el estrés en el trabajo, se recomienda una terapia para gestionar el estrés. Y la pregunta que surge siempre es: de dónde saco el tiempo para acudir a una terapia, si no tengo tiempo?
Quizás se puede empezar por ejercicios muy sencillos que no necesitan mucho tiempo y se pueden hacer en casa fácilmente: técnicas basadas en la respiración, escuchar música relajante, leer, darse un baño de sales, …
Más adelante, seguro que se encuentra el tiempo para hacer yoga, pilates, clases de meditación, etc.
Hay algunas actividades que “matan varios pájaros de un tiro”:
- Cocinar: nutrición, ejercicio físico (sí, también cuenta!), ahorro de dinero.
- Actividades en la naturaleza (paseos, excursiones, bicicleta, playa, …): exposición al sol, ejercicio físico, contacto con la naturaleza, gestión de estrés. En vez de ir al cine o ver la tele el fin de semana, es mejor salir fuera!
- Escuchar un “podcast”, “youtube” o conferencias durante los desplazamientos: aprender nutrición, psicología, salud, educación o cualquier tema que le interese.
- Comprar en mercados tradicionales en vez de grandes superficies, o mejor aún, comprar directamente a la granja: mejorar la calidad de los alimentos, pasear en el exterior, ejercicio físico, relaciones sociales, contacto con la naturaleza, ecología, ahorro de dinero.
- Acudir a celebraciones eucarísticas (si eres creyente) y/o ser voluntario en una organización no lucrativa: crecimiento espiritual, relaciones sociales, gestión del estrés.
- Reducir el tiempo dedicado a las redes sociales. Cuando no se dispone de mucho tiempo, es mejor tener pocos encuentros con los amigos de verdad en la vida real, que pasar muchas horas siguiendo en Internet a conocidos o amigos de amigos de amigos… y todavía mejor si cuando te encuentras con tus amigos puedes hacer alguna actividad beneficiosa: paseos, cocinar, ir a un curso o terapia, etc. ¡Los amigos suelen ser los mejores psicólogos! Antes de que éstos existieran, la gente hablaba de sus problemas con los vecinos y buenos amigos del pueblo, o su familia.
- Reducir las actividades extra-escolares de los niños en las que se tiene que hacer de “mama/papá-taxi” y destinar ese tiempo y dinero en mejorar la nutrición de los hijos. A veces se desea que los hijos desarrollen al máximo sus habilidades y capacidades, pero a veces resulta estresante, tanto para ellos como para los padres. Los niños también necesitan tiempo libre para jugar tranquilamente. Pasar cierto tiempo en casa después de una jornada escolar y laboral es necesario para que el niño se relaje y para que los padres puedan preparar una cena nutritiva.
- Priorizar lo más importante. Pensar en lo que realmente es importante en la vida. Seguro que muchas cosas pueden esperar, o no pasa nada si no se hacen. Por ejemplo, tener la casa no tan bien ordenada o no tan limpia puede ser soportable durante una época, hasta que la salud no se haya recuperado un poco, y dedicar ese tiempo a una mejor nutrición.
Superar las adicciones alimentarias
Cambiar una dieta cuando existen adicciones puede llegar a ser extremadamente difícil, en algunos casos la adicción a ciertos alimentos, como el azúcar, puede ser más fuerte que la cocaina.
Algunas ideas para superar las adicciones alimentarias:Ir disminuyendo las cantidades muy lentamente, remplazando por otros productos con un gusto similar: el azúcar por miel, el chocolate por algarroba, el café por café descafeinado al principio y chicoria después, la leche de vaca por leche vegetal, etc.
- Pedir la ayuda de una persona de la familia. En los niños son los padres los que van a impedir que se continue tomando los alimentos a los que se es adicto.
- Terapias energéticas: reiki, celular,
- Terapias de desarrollo personal: psicoterapias, coaching, hipnotismo, PNL, …
- Terapias espirituales: dan la fuerza interior para tener mayor voluntad!
Hacer cambios en la alimentación de los niños
Todas las personas son resistentes a los cambios, pero los niños lo son de forma extrema, y todavía más si tiene algún tipo de problema psicológico o neurológico.
La Dra. Campbell-McBride propone un método autoritario, donde se obliga al niño a comer lo que le conviene. Trata de retener al niño en la mesa hasta que haya probado un poquito de la comida sana que se desea introducir. Cuando se consigue, debe haber una explosión de elogios: abrazos, alguna recompensa (no alimentaria), etc. Se debe mantener firme tantas horas como haga falta, si es necesario, todo el día, o todo un fin de semana. Es un método extremo, pero da resultado.
Otra aproximación más suave que propone Julie Mathews es intentar hacer la comida sana más atractiva a los niños: hacer verduras crujientes, esconderlas mezcladas dentro de otros platos, introducir nuevas comidas preferentemente en la merienda, hacer los platos saludables lo más apetitosos posibles, y principalmente, tener la esperanza de que al final, al eliminar todos los alimentos a los que el niño es adicto, va a empezar a gustarle el resto de comida más sana.
Otra idea es hacer participar a los niños en la preparación de la comida. ¡Les va a encantar hacer formas con los trocitos de verdura y las ensaladas! Aquí podéis encontrar algunas ideas sobre cómo hacer comer verduras a los niños.
Es importante también hacer ver al niño la relación entre la comida y su salud. Así, cuando el niño cae enfermo, reflexionar sobre qué comida le ha provocado la enfermedad, y explicarle este hecho al niño. Quizás no ha podido resistirse a una galleta que le ha ofrecido un niño en el colegio ... Al principio es normal que el niño se salte el régimen cuando va a la escuela, pero entonces es muy importante que se de cuenta de que cuando lo hace se encuentra peor. Para ello, es necesario poder empezar previamente durante un tiempo una dieta un poco más sana, para que el niño se encuentre mejor de salud, de forma que tanto los padres como el niño se den cuenta cuando se produce un empeoramiento de salud, y puedan relacionarlo con un alimento perjudicial. ¡A mi me funcionó muy bien este método con mis hijas!
El respaldo familiar
El hecho de no poder comer muchas de las cosas que antes se podían comer es una dura experiencia. Además de tener que superar una adicción a cierta comida, o bien una simple intolerancia, existe el agravio de tener que ver cómo las personas que nos envuelven sí que pueden comer aquéllo que se ha prohibido. Para los niños, por ejemplo, supone una tentación difícil de superar el hecho de ver al resto de los niños comer esas deliciosas e insaludables meriendas, además, incluso tener que rechazar sus ofrecimientos.
Es una dura prueba que estos niños tienen que superar, una prueba que los va a fortalecer en su carácter, el aprender a decir “no” va a ayudarles más adelante en la vida a poder decir “no” en otras cosas importantes, como puede ser, la droga, el alcohol y el tabaco.
Pero al menos en casa la familia puede hacer un esfuerzo para que el niño no se sienta también marginado, no tenga esas horribles tentaciones de ir a buscar comida a escondidas y pueda sentirse igual a los demás, al menos, en casa.
Tanto en el caso de un niño como de un adulto, creo que es positivo que en casa haya una solidaridad familiar. ¡Toda la familia va a ganar de una alimentación más sana! Y en el trabajo o en la escuela, fuera de casa, los otros miembros de la familia pueden continuar comiendo normalmente si lo desean.
Otros obstáculos
Pero también existen otros obstáculos que se interponen cuando se tiene que cambiar la alimentación. Este tema suele ser controvertido en el seno de una familia y puede haber discordancia de opiniones en un matrimonio respecto a la alimentación que el hijo/a debería seguir. En este sentido, los análisis médicos y los estudios de investigación científica de revistas de prestigio suelen ayudar a convencer a las parejas que no son partidarias de la medicina alternativa y la nutrición.
En otros casos, no existen los medios económicos para invertir en una buena alimentación, pero se pueden encontrar alternativas económicas para poder seguir una nutrición adecuada:
1.- Disminuir la cantidad de la comida y aumentar la calidad.
2.- No hace falta comer solomillos cada día, normalmente los trozos de carne más nutritivos son los menos apreciados por la gente en general, y por lo tanto, menos caros: hígado, huesos y carne para el caldo, pescado azul como la sardina y la caballa, huevos, etc. Respecto a la fruta y verdura, están apareciendo cada vez más cadenas de productos biológicos cada vez más asequibles, y a veces, se puede comprar directamente al productor a precio más barato. Algunos de ellos no tienen la etiqueta orgánico, pero sus productos no tienen pesticidas, o bien, únicamente les ponen cuando realmente es necesario y en muy poca cantidad. En algunos países, existen también granjas con auto-servicio a precios muy reducidos.
3.- Al invertir en la nutrición se previenen las enfermedades, con el ahorro que esto supone en medicinas y médicos.
4.- Los alimentos orgánicos contienen más nutrientes, con lo que la necesidad de complementación disminuye. En la mayoría de los casos, no es necesario gastar mucho dinero en complementos, ya que cuando se sigue una alimentación correcta entonces la absorción de nutrientes es mejor y no hay carencia de vitaminas, minerales u otros nutrientes.
Otro obstáculo muy frecuente es cuando existen otras prioridades, como la carrera profesional, la vida social, viajar, ir a restaurantes, etc. Seguir una alimentación sana significa comer casero, así que la comida debe hacerse en casa y, si es necesario, llevársela al trabajo, colegio, etc. Según el caso, se puede considerar si la persona puede tolerar salirse de la dieta de vez en cuando, o bien, simplemente correr el riesgo de tomar un alimento no permitido escondido en algún plato de un restaurante, como por ejemplo, la contaminación de gluten debido a la reutilización del aceite para freír rebozados.
Pero la causa más frecuente de fracaso en la puesta en práctica de un tratamiento nutricional, es la falta de convicción de que vaya a funcionar, de que los sacrificios vayan a valer la pena. Aunque siempre hay una explicación científica detrás de cada tendencia nutricional, por desgracia no hay investigación suficiente para garantizar resultados al seguir una dieta. La mayoría sólo recogen testimonios de numerosos casos en los que ha habido el restablecimiento de la salud.
La falta de perseverancia también es un problema cuando se sigue un tratamiento nutricional. Estamos acostumbrados a que la medicina convencional alivie los síntomas de una enfermedad rápidamente. En cambio, la nutrición se trata de un tratamiento a largo plazo, donde la recuperación suele ser muy lenta y a menudo es difícil darse cuenta de los pequeños progresos realizados. Además, estos progresos son muy irregulares, y siempre hay un empeoramiento al empezar el tratamiento, debido a la primera fase de desintoxicación, lo cual desanima a muchas personas.
Desgraciadamente, debido a todos estos obstáculos, a menudo no se prioriza la salud y no se toma en serio un tratamiento nutricional hasta que la salud se encuentra seriamente comprometida. Y cuanto más se espera, cuanto peor es el estado, más difícil es la recuperación.