El ayuno: la mejor terapia y el mejor remedio


Esta explicación sobre el ayuno ha sido recogida del libro “Hygienic System Vol III Fasting and Sunbathing” de Herbert M. Shelton y el capítulo “Introduction to Fasting” del libro “The Life Science Health System“ de T.C. Fry. 

Hay muchas definiciones de ayuno y hay muchos malentendidos sobre el ayuno.

Desde el punto de vista del Higienismo, el ayuno se refiere a la abstinencia completa de comida, forzando al organismo a subsistir de los nutrientes que ha almacenado dentro de sí mismo.

Ayunar consiste en abstenerse de comer todo tipo de alimento excepto agua mientras las reservas nutricionales permanecen suficientes para sostener las funciones vitales normales.
 

Ayuno vs. inanición


En el ayuno se utilizan las reservas nutricionales cuando no hay ingesta de alimentos. En cambio, la inanición es un estado donde las reservas nutricionales se han agotado, y los tejidos vitales del organismo se degradan rápidamente.

Cuando se menciona la palabra ayuno a una persona corriente e incluso a un médico, inmediatamente se imagina las nefastas consecuencias que él cree que inevitablemente resultan del hecho de no comer durante unos días. Para ellos ayunar es sinónimo de inanición, e incluso muerte.

El miedo al ayuno es mantenido vivo por la prensa, que publica de vez en cuando la historia de alguien que se ha muerto ayunando, e invariablemente la muerte es atribuida a la inanición. Estas muertes son presentadas como “ejemplos horribles” de la “maldad del ayuno”. Pero estos casos son muy raros, y sería muy interesante conocer los detalles de estas muertes. Sin duda, encontraríamos que la mayoría de ellas no son debidas a la abstinencia de comida para nada. La mayoría de estas muertes son debidas al daño irreparable de algún órgano vital; algún otro caso puede ser debido ocasionalmente a ir más allá del periodo de ayuno permitido por el cuerpo; unos cuantos pueden ser debidos a cortar el ayuno de forma inadecuada; y algunos debidos a medicamentos. Pero cada día se mueren personas de operaciones fallidas o innecesarias, o de los efectos secundarios de los medicamentos, y la presa no lo publica.

El médico desinformado se imagina que la sangre y los tejidos vitales de un cuerpo empiezan a degradarse en el momento en que se retira la comida. Esta idea es falsa. El cuerpo, en todo momento, almacena reservas de nutrientes suficientes para sobrevivir durante un tiempo considerable si se produce una época de escasez de comida, o de enfermedad, cuando la comida no puede ser digerida. El organismo se alimenta de estas reservas y de los tejidos que no son necesarios.

Mientras todavía hay reservas de nutrientes en el cuerpo, el individuo que se abstiene de tomar comida está ayunando. Cuando se ha consumido todas las reservas hasta el punto que no es posible sostener las funciones vitales, continuar con una abstinencia de comida es peligroso, y empieza la inanición. Es sólo cuando se llega a este punto que es posible crear un daño en los órganos vitales. Por regla general una persona puede ayunar durante semanas e incluso meses, antes de llegar a la inanición. Es cierto que algunas personas han muerto de inanición en sólo unos días; pero la inanición existía en sus mentes; es el miedo quien las ha matado.

La muerte puede acontecer en cualquier momento, alimentándose o ayunando, debido al fallo de cualquier órgano vital, el cual está tan dañado que un final fatal puede ocurrir de todas formas. Pero la muerte por abstenerse de comer no puede ocurrir hasta que todas las substancias nutritivas del cuerpo se han agotado.

Afortunadamente no estamos desprotegidos en este asunto. Antes de llegar al punto peligroso, aparecerán unas imperiosas ganas de comer. Mientras no se tenga hambre, la persona está ayunando. Cuando el hambre vuelve, si la persona decide continuar sin comer, entra en inanición. Además de las ganas de comer, también hay otros indicadores de que el cuerpo está preparado para volver a comer, que un buen profesional sabe identificar.

Centenares de ayunos, que van desde unos días hasta 3 meses de duración, en hombres y mujeres de todas las edades y todas las condiciones de vida, han demostrado que no tan sólo el hombre puede vivir largos periodos sin comer sin sufrir ningún daño, sino que además obtiene un gran beneficio de un ayuno conducido racionalmente. La inanición es muerte; el ayuno es vida.
 

¿Por qué ayunar?


El ayuno supone un descanso fisiológico. Para entender mejor lo que representa, vamos a explicar lo que sucede en el proceso de digestión.

Si observamos con atención todo el proceso de digestión, descubriremos que la ingestión, masticación, transporte, secreción gástrica, movimientos gástricos, secreción y actividad intestinal, acción del intestino, absorción de los nutrientes, transporte circulatorio de los mismos, almacenamiento, distribución y asimilación final en la célula, son todos procesos que consumen energía. Todos los procesos anteriores hasta el momento en que las moléculas de los nutrientes son descompuestas para producir energía, han supuesto un gasto de energía.

En el ayuno, toda esta energía necesaria para el proceso digestivo no es consumida. De hecho se conserva. En primer lugar, los nutrientes se encuentran ya dentro del cuerpo. Aunque deben reconvertirse, se encuentran más allá de la fase de absorción, y por lo tanto, están fácilmente accesibles al organismo con un mínimo de gasto energético.

Otro proceso importante es la eliminación, donde las toxinas o residuos metabólicos resultantes de los procesos normales del organismo deben ser expulsados de los tejidos y la sangre tan rápido como sea posible. Este proceso de eliminación es llevado a cabo por los riñones a través de la orina, por el hígado a través de la bilis, y los pulmones con el intercambio de excrementos gaseosos.

El ayuno representa un descanso fisiológico, ya que se necesita menos energía para la utilización de nutrientes que cuando se come; y por lo tanto, se dispone de más energía para el esfuerzo de restauración y recuperación del cuerpo, lo cual significa un incremento del proceso de eliminación.

Durante este descanso fisiológico, se permite a los órganos reparar sus estructuras dañadas y restaurar su energía, de forma que puedan retomar su función con renovadas energías.

En ciertos casos de enfermedad, cuanto más débiles están los órganos de digestión, más será necesario dejar de comer durante un tiempo. No existe mejor cura que el ayuno. Si el estómago no puede digerir bien o no produce suficiente ácido clorhídrico (hipoclorhídria), el hígado no produce suficiente bilis, el páncreas no segrega suficiente jugo pancreático, o, en general, algún órgano digestivo no produce suficientes enzimas, lo mejor es darle un respiro suficientemente largo en el tiempo para que pueda recuperar sus fuerzas y sus funciones.

Acumulación de productos químicos y de desecho

Debemos tener en cuenta que la mayoría de personas en los países occidentales comen en exceso, no hacen suficiente ejercicio físico y no duermen lo necesario. Todas estas cargas resultan en una acumulación de desechos en el cuerpo.

Cualquier substancia que se encuentre en exceso en el cuerpo, aunque sea beneficiosa en cantidades normales, puede causar problemas, como el colesterol o la glucosa. Pero también substancias químicas que normalmente no están presentes en el organismo, como el cadmio o el mercurio (aunque sean minerales, y no substancias químicas)

Si cualquier alimento se consume en cantidades que exceden la capacidad del cuerpo para quemarlas o eliminarlas, se acumulará en el organismo y causará problemas. Cuando una persona no hace suficiente ejercicio, se queman menos calorías y los problemas de salud aparecen más fácilmente.

Finalmente, cuando una persona se encuentra sometida a demasiado estrés o no descansa adecuadamente, el cuerpo tiene poca energía para dedicar al proceso de excrección.

El proceso de eliminación impedido

La mayoría de nutricionistas sólo se preocupan por el aporte de buenos alimentos y dedican poca atención al daño producido por consumir demasiada comida y una deficiente eliminación de los desechos.

Imagina el sistema metabólico del organismo como un embudo. Sólo una cierta cantidad de comida puede pasar a través del orificio del embudo. En el cuerpo, esto significa que sólo una cantidad limitada de comida puede ser quemada por el cuerpo en forma de energía, dióxido de carbono y agua. Además, el sistema excretor del cuerpo (intestino, hígado, riñones, pulmones y piel)  sólo puede eliminar una cantidad limitada de exceso de comida. Así que cuando se echa una cantidad excesiva de comida en el embudo, éste se atasca; en primer lugar el torrente sanguíneo, luego los espacios intercelulares, y luego las células. Esta condición es llamada toxemia en Higienismo.

Durante el ayuno, el cuerpo puede eliminar los productos químicos responsables de la toxemia, los cuales son responsables de una gran variedad de enfermedades.


La inteligencia innata natural del organismo guía durante el ayuno


Cuando la persona está ayunando, su corazón, pulmones, riñones y otros órganos esenciales continúan funcionando. Para funcionar correctamente, estos órganos necesitan fuel. Cuando se come, este fuel procede de la comida ingerida, pero durante el ayuno no está disponible esta vía. Durante el ayuno, todos los nutrientes son suministrados por el mismo organismo.

Los higienistas han reconocido siempre la inmensa inteligencia inherente al funcionamiento del cuerpo. Para mantener el equilibrio ácido-básico de la sangre, los niveles de azúcar en sangre, y la temperatura corporal, se necesita un sistema fisiológico extremadamente complejo. El cuerpo es capaz de mantenerse en un estado estable, llamado homeostasis, incluso cuando está sometido a las más grandes presiones.  Para ello, se requieren mecanismos muy sofisticados, que van más allá de lo que el más ingenioso científico pueda diseñar.

Pero aún y así, hay algunos científicos quien creen que cuando una persona ayuna, su cuerpo no tiene los mecanismos suficientemente inteligentes y auto-protectores para degradar el material no necesario del cuerpo y extraer de allí los nutrientes necesarios para suministrar a los tejidos esenciales.

Estudios científicos demuestran lo contrario, que la inteligencia innata del organismo continua funcionando durante un ayuno. El cuerpo es bien consciente del hecho de que la toxemia está interfiriendo con su funcionamiento normal.

Aunque cuando no se ayuna el cuerpo siempre intenta eliminar los materiales de desechos dentro y alrededor de las células, durante el ayuno este proceso se acelera de forma muy notable. El cuerpo en ayuno no necesita dedicar energía a la digestión y absorción de los alimentos. Esta energía, por lo tanto, se dedica a la eliminación de desechos.
 

La materia no esencial se utiliza en primer lugar


Cuando se ayuna, el cuerpo degrada y consume las substancias que son menos importantes en el cuerpo en primer lugar. Después de unas semanas (2 a 6 semanas en una persona no obesa), este proceso es completado. Cuando todo el material de desecho y substancias no esenciales (reservas de grasa) se han eliminado, entonces el ayuno se acaba. Si la persona continúa sin comer, entonces empieza la inanición. En la inanición, el cuerpo degrada y consume tejidos esenciales como fuente de energía. Un doctor puede identificar fácilmente cuando un ayuno acaba.

Durante el ayuno, el cuerpo inicialmente quema el glucógeno  que se ha almacenado en el hígado y los músculos, para obtener energía. Este glucógeno, formado a partir de glucosa, se encuentra en pequeñas cantidades. Cuando se acaba, lo cual sucede en pocos días, el cuerpo utilizará principalmente la grasa acumulada, no sólo en los muslos y nalgas, sino también alrededor de cada célula. Cuando la grasa se ha agotado, el organismo empezará a quemar la proteína que se encuentra en exceso y convertirla en azúcar. La conversión de grasa o proteína en glucosa es el proceso llamado gluconeogénesis.


El cuerpo conserva sus órganos vitales y nutrientes


Durante el ayuno el cerebro realiza conversiones metabólicas con el fin de utilizar grasa como fuente de energía. De esta forma se ahorra azúcar sanguíneo y proteína muscular y del hígado, lo cual prolonga la cantidad de tiempo durante la cual una persona puede ayunar con seguridad.

Durante más de 150 años, los médicos higienistas han afirmado que una persona media puede ayunar sin peligro durante 2-6 semanas sin ninguna pérdida de tejido esencial.

La pérdida de peso durante el ayuno no representa una pérdida de tejido vital, sino de grasas sobrantes, desechos, etc. Se pierden kilos de tejido enfermo. Los músculos, por ejemplo, experimentan una reducción de tamaño, debido a la disminución de grasa que contienen y la reducción en tamaño de las células. Pero no hay una disminución del número de células musculares. El peso perdido se recupera rápidamente si es deseable que sea así. No hay el más ínfimo peligro en la pérdida de peso.

El cuerpo no pierde el suministro de vitaminas. El hecho que el organismo continúe su crecimiento mientras ayuna y la rápida aceleración del crecimiento después del ayuno, indica que el cuerpo mantiene y utiliza las vitaminas que tan importantes son en el crecimiento y regeneración del tejido. E incluso el cuerpo no pierde ninguno de su suministro almacenado de vitaminas durante el ayuno más prolongado. El ayuno no para el crecimiento, sino que de hecho lo acelera.

Las enfermedades por deficiencia de nutrientes nunca se desarrollan durante el ayuno más prolongado, solamente aparecen en dietas de sólo carbohidratos o sólo proteínas. El agotamiento de minerales es la explicación más probable de estas condiciones.

En experimentos realizados con animales alimentados en dietas carentes de minerales, se encontró que los animales que comían  estos alimentos deficientes, morían antes que los que no se alimentaban de nada. Esto sucede porque la dieta que es deficiente en componentes esenciales produce una demanda desequilibrada de reservas almacenadas en el cuerpo, y algunos nutrientes son extraídos en tales cantidades que se agotan rápidamente. En cambio cuando el cuerpo ayuna, el organismo controla el uso y pérdida de reservas de nutrientes de forma equilibrada, sin producir ninguna deficiencia.

El ayuno nunca produce ceguera, sordera, desórdenes gastro-intestinales, etc. usuales en casos de hambruna. Mientras no se consuma ningún alimento, el organismo es capaz de extraer de sus reservas y suministrar los elementos necesarios para sostener las funciones de los órganos vitales.

Las personas delgadas también almacenan una reserva de nutrientes y pueden ayunar sin problemas durante considerables espacios de tiempo bajo una supervisión experta.


Beneficios del ayuno


Dr. Shelton nombra 4 actividades que el cuerpo realiza durante el ayuno:

1.- Degradación de la grasa corporal, lo cual conlleva una rápida pérdida de peso. El ayuno es la forma más rápida de adelgazar. Al principio la pérdida de peso es debida al vaciado del aparato digestivo de varios kilos de comida y heces.

2.- Desvío de la energía de los procesos digestivos a otros tejidos para reparar y rejuvenecer. El Dr. Shelton explica que “si tienes el grifo de agua de la bañera abierto y alguien abre el grifo de la cocina, entonces el flujo de agua de la bañera disminuirá. Cuando se cierra el grifo de la cocina, el flujo de agua de la bañera aumentará para ser como antes.” Cuando la digestión es suspendida durante el tiempo de ayuno, se necesita muchísima menos sangre en los órganos digestivos, y esta sangre estará disponible para otros tejidos del cuerpo, llevando oxígeno esencial y otros nutrientes que lo necesitan para curarse. Esta sangre extra también sirve como vehículo para que los desechos sean eliminados.

3.- El descanso fisiológico está asegurado. Todos conocemos la importancia del descanso después de un duro día de trabajo. Por la noche, caemos en la cama exhaustos. Nuestros órganos internos necesitan un descanso también, pero no les damos casi nunca un descanso ya que comemos cada pocas horas durante el día. Ayunando, se le da la oportunidad al cuerpo de descansar completamente, y los órganos internos son capaces de recuperar su fuerza.

4.- El ayuno elimina desechos. De nuevo, según el Dr. Shelton: “No se conoce nada que iguale el ayuno en términos de favorecer la eliminación de desechos de la sangre y tejidos.“


Regeneración de los procesos de asimilación


A menudo las personas de bajo peso pueden ganar peso después del ayuno, las cuales antes del ayuno no podían ganar peso de ninguna forma. El aumento general de vigor funcional y la desintoxicación que toma lugar durante el ayuno contribuye en gran medida a este resultado.

Aceleración de la autolisis


Cada célula del cuerpo contiene la información para su auto-destrucción. Cuando es necesario, la célula libera sus enzimas autlíticas para auto-destruirse.

Como se ha dicho anteriormente, el cuerpo degrada y quema en primer lugar todas las substancias que no son necesarias como fuente de energía durante el ayuno. Una fuente de materia no necesaria es el tejido enfermo, como los tumores benignos o fibromas. Durante el ayuno, se degradan este tipo de tejidos como fuente de fuel.

Incremento de la diuresis


Diuresis es la excreción que los riñones realizan de sales y agua. Los médicos dan medicamentos diuréticos a los pacientes con hipertensión, para reducir la cantidad de sales y agua en el cuerpo y de esta forma reducir la presión. Pero estos medicamentos dañan el organismo. Durante el ayuno, el cuerpo elimina sal y agua de forma espontánea y automática sin dañar los tejidos. La diuresis es muy beneficiosa.


Aumento de la fagocitosis


Durante el ayuno, las facultades defensivas de los glóbulos blancos para destruir microorganismos y digerir material de desecho se acelera. Un experimento que compara el rendimiento del sistema inmunológico de personas que comen normalmente versus el rendimiento immune de personas que han ayunado durante unos días, muestra que los glóbulos blancos de éstas últimas son significativamente más efectivos destruyendo bacterias patológicas.


Rejuvenecimiento de la sangre


El primer efecto del ayuno es aumentar el número de glóbulos rojos, sobretodo cuando se padece anemia. Se cree que esto es debido a una mejora en la nutrición debido al hecho de cesar de comer en exceso.


Mente más clara y agudeza de los sentidos


Todas las facultades mentales del hombre mejoran durante el ayuno: mejora de memoria;  atención y asociación más rápidas; intuición, simpatía, amor, etc. aumentan; cualidades intelectuales y emocionales tienen una nueva vida.

El viejo proverbio romano que dice “un estómago lleno no le gusta pensar” expresa muy bien un hecho bien conocido: que una comida llena deja a una persona aturdida, sin que pueda pensar claramente.

Para digerir una comida se necesita una gran cantidad de energía y el flujo sanguíneo se redirige a los órganos digestivos, reduciéndolo en el cerebro y sus capacidades.

Uno de los hechos que las personas que ayunan remarcan más es la mejora de claridad mental, incluso más que la mejora física. Es una sorpresa que las personas agradecen. Estas mejoras se pueden atribuir al hecho que el cerebro se ve liberado de toxinas. Pero no se manifiestan hasta unos cuantos días después de haber empezado el ayuno. Al principio, se puede experimentar un bajón en las capacidades mentales y físicas, debido al síndrome de abstinencia que experimentan al verse privadas de café, té, alcohol, carne, estimulantes, etc.

Los beneficios del ayuno son incluso mayores en casos de demencia, la cual se supera en muchos casos con el ayuno,  pero siempre se experimenta una mejora en la condición mental.

En la mayoría de casos de epilepsia las convulsiones desaparecen o se reducen en gran medida durante el ayuno.

La agudeza de percepción es muy remarcable en el ayuno. Muchas personas que usan gafas dejan de necesitarlas y ven estupendamente sin ellas. El sentido del tacto y del olfato se agudizan siempre. La mejora del sentido del oído es el más notable, seguramente debido a la eliminación del catarro en los oídos y trompa de Eustaquio.

La lista de beneficios del ayuno podría alargarse indefinidamente.

En resumen, el exceso es fatal para la salud. Una reducción de la carga es esencial para la vitalidad. Las toxinas generadas internamente en el organismo y la putrefacción y/o fermentación gastro-intestinal son las influencias limitantes más importantes de la vida. La eliminación de los excesos y de las toxinas permite la regeneración del tejido.


Efectos del síndrome de abstinencia


Algunos síntomas indeseables pueden aparecer al principio del ayuno: migrañas, dolores, mialgias, irritabilidad, fatiga, ennublecimiento mental, somnolencia, rojez de la mucosa bucal y lengua, mal aliento, etc. Estos síntomas pueden aparecer al principio del ayuno y disminuir a medida que éste avanza, hasta que cesan. Resultan del síndrome de abstinencia del producto estimulativo al que están adictos: café, té, chocolate, alcohol, tabaco, carne, especies, sal, etc; y son idénticas a las que aparecen cuando la persona abandona estas substancias sin hacer ayuno.


Ayuno en enfermedades crónicas


La mayoría de personas sufriendo enfermedades crónicas que recurren al ayuno lo hacen como último recurso. Llegan en muy malas condiciones, muchos de ellos al borde de la muerte; así que si consideramos que los resultados del ayuno son tan buenos, es sorprendentemente remarcable, aunque el ayuno no hace milagros en casos irreversibles. Pero el 95% de los pacientes que llevan a cabo un ayuno supervisado obtienen buenos resultados.


Personas delgadas y falta de apetito


Un gran número de personas con enfermedades crónicas que comen en exceso son muy delgadas y adelgazan progresivamente con el tiempo. Estas personas están lentamente muriendo de inanición debido al exceso de consumo de una comida que no pueden digerir. La literatura del ayuno está llena de casos que sufrían cuando comían y que se curaron con el ayuno, recuperando un peso normal después del ayuno al volver a comer.

Las quejas más frecuentes de las personas con enfermedades crónicas son “he perdido el apetito”, “todo lo que como me da gases”, “no hay nada que tenga buen gusto”. Los médicos acostumbran a aconsejar tónicos y digestivos y urgen a los pacientes a “comer mucha comida nutritiva”. Pero ¿cómo el cuerpo puede ser nutrido cuando es incapaz de absorber y eliminar lo que se ha introducido en él? Es irracional tomar más comida cuando ésta no puede ser digerida, absorbida y asimilada. Lo que el cuerpo necesita es un descanso, a través del ayuno, para que se reanude la capacidad digestiva y de excreción.

La Naturaleza indica que tanto en animales como en personas no se debe consumir comida sino solamente agua cuando se sufre une enfermedad aguda; mientras que en enfermedades crónicas la cantidad de comida debe ser menor que la consumida en buena salud. Pero debido a la creencia de los médicos de que “los enfermos deben comer para recuperar fuerzas”, esta regla no es fácil que sea adoptada en los años a venir.

La falta de hambre no es la causa de la enfermedad, sino que es la consecuencia de estar enfermo; así que forzando la ingesta de comida no se arregla nada sino todo lo contrario - se empeora.

Deficiencias


En casos en los que existen deficiencias se cree que se necesita seguir una dieta nutritiva para colmar esta deficiencia; o bien tomando suplementos; o zumos de frutas y verduras ricos en nutrientes; o dietas ricas en grasas, o en proteínas, etc.

Pero la mayoría de deficiencias son debidas a un fallo de asimilación y sólo pueden ser corregidas eliminando las causas que impiden el funcionamiento de los procesos nutritivos. La enervación, la toxemia y los malos hábitos de vida son los principales responsables de estas deficiencias. El estado de intoxicación es el factor que sucede en primer lugar, y las deficiencias en vitaminas y minerales aparecen después.

En anemia y el bocio (enfermedades de la tiroides), por ejemplo, los cuidados destinados a eliminar la toxemia a través del ayuno consiguen una inmediata mejora importante de la sangre y la tiroides.

El objetivo principal debe ser la eliminación de toxinas. Y nada es más efectivo en este sentido que un ayuno junto con el descanso. Ninguna dieta detox o curativa, ninguna complementación puede igualar al ayuno en este propósito.

Utilizar los alimentos para curar, en vez de eliminar las causas de la enfermedad, es tan infundado como utilizar medicamentos para curar. Los alimentos no curan.

Apetito fictício, comer en exceso y remedios


Muchas personas con enfermedades crónicas están famélicos. Comen todo el día y no se sienten nunca satisfechos. Dicen que se sienten débiles si se saltan una comida. Pero en realidad, nunca tienen verdadera hambre. Son adictos a la comida. Sus problemas de salud proceden del exceso de comida. No se dan cuenta que los malos hábitos al final han dominado y han pervertido sus instintos.

La forma que actualmente se tratan a los pacientes en la medicina es una tragedia. Consiste en darles de comer varias veces al día, utilizando estimulantes (café, té, chocolate, especies, carne, alcohol, vitaminas, hierbas, medicinas, etc.) para despertar a los órganos exhaustos hasta que no pueden más; sometiendo a los órganos y funciones que intentan corregir los problemas y que intentan curarse eliminando los síntomas; cortando con cirugía los órganos y estructuras que son sedes del desconfort; ignorando las medidas curativas que el cuerpo inicia e impediéndolas; hasta que el cuerpo está tan dañado que la recuperación es imposible.

Cuando los órganos han sido tan degradados debido al sobre-esfuerzo, la sobre-estimulación y el maltrato, sólo el descanso puede salvarlos. El ayuno ofrece a la persona enferma la mejor oportunidad y el camino más seguro para acabar con su sufrimiento.

Algunas enfermedades crónicas


El ayuno es el método más efectivo y seguro para eliminar sustancias mórbidas del cuerpo. El ayuno ayuda en cualquier flujo, diarrea, broncorrea, retención de agua, fluido en la pleura, pericardio, o peritoneo; inflamación del cerebro, pus de cualquier supuración crónica, y cualquier otra perturbación en los fluidos del cuerpo. Todas las condiciones catarrales cesan rápidamente bajo el ayuno: rinitis, bronquitis, colitis, metritis, cistitis, fiebre de heno, asma, y otras.

Todos los supervisores de ayunos informan de mejoras en las personas que ayunan con problemas de vista, incluso algún caso de ceguera ha recuperado la vista. El oído se recupera también a los niveles de la infancia.

Algunos de los casos más impresionantes son descritos por el Dr. Shelton al ser testimonio de la recuperación de enfermedades del corazón incurables. El ayuno es una forma segura de procurar un descanso al corazón. Comer supone una carga al corazón, y todavía más comer en exceso. El ayuno alivia la carga que lleva el corazón y le da la oportunidad de descansar.


Enfermedades neurológicas


Debido a la unidad del organismo es imposible dañar o curar una parte del organismo sin que tenga consecuencias en el todo el organismo. El cerebro y el sistema nervioso no están separados del organismo, así que están sujetos a las mismas leyes que el resto del cuerpo, a los mismos requerimientos nutritivos e intoxicaciones. Su condición y su funcionalidad dependen de la composición, pureza y cualidad de la sangre que lo nutre.

Los efectos de comer en exceso sobre las enfermedades neurológicas son evidentes si nos paramos a observar. De la misma forma, los beneficios del ayuno en estas enfermedades también pueden apreciarse fácilmente.

Cuando una persona con enfermedades neurológicas deja de alimentarse aumenta la irritabilidad nerviosa y se empeoran los síntomas. Es por ello que se aconseja alimentarlos abundantemente. Pero esta alimentación sólo sirve para aliviar los síntomas; no elimina las causas. Es significativo que cuando se abstiene la comida durante unos días, la tormenta que aparece al principio del ayuno se apacigua y la persona mejora cada vez más su salud desde entonces.

La atención, memoria, asociación, razocinio y demás facultades cognitivas mejoran de forma más importante durante el ayuno que con ninguna otra forma. El cerebro se beneficia enormemente de un período de descanso fisiológico.

 

¿Cuánto tiempo puede ayunar una persona?


Se han registrado ayunos de hasta 70 y 90 días. Un bebé puede sobrevivir más de 17 días sin comer. Numerosas personas se han beneficiado de ayunos de más de 76 días.

En general, la Naturaleza siempre indica cuándo debe interrumpirse el ayuno. La vuelta del hambre es la indicación más importante de que el ayuno ha terminado, y el sistema digestivo es capaz de digerir y asimilar la comida. La vuelta del hambre se suele acompañar también de una automática limpieza de la lengua y del aliento.

Respecto a la sensación de hambre, a veces las personas dicen que tienen hambre cuando no es realmente hambre. Confunden diferentes sensaciones con el hambre. Si el hambre desaparece al esperar un rato no es genuina; el hambre real persiste todo el tiempo hasta que se toma comida.

Durante los primeros días del ayuno existe una sensación de hambre, acompañada con los síntomas del síndrome de abstinencia, que dependen de cada persona. Es posible experimentar migrañas, debilidad y cansancio, mente nublada, nauseas, etc. Después del cuarto día sin comer, aparece una repugnancia o indiferencia a la comida, y los síntomas asociados al hambre desaparecen.

Es importante conocer que no existen “dietas detox de una semana” como está de moda actualmente. Es imposible decir a priori cuándo se deberá terminar un ayuno. En enfermedades agudas el ayuno debe continuar hasta que los síntomas de la enfermedad desaparezcan; pero en enfermedades crónicas se requiere un ayuno prolongado.

Un ayuno prolongado es más efectivo que series de ayunos cortos. Muchas personas intentan hacer con ayunos de dos a cuatro días lo que sólo se puede conseguir con ayunos de dos a cuatro semanas o más. El cuerpo no puede reparar, en tres o cuatro días de ayuno, los resultados de años de vida no saludable. Las recuperaciones más rápidas se pueden observar en enfermedades agudas, donde algunos pocos días son necesarios. Pero ayunos cortos no ayudan, o muy poco, en casos de cáncer. El ayuno prolongado son necesarios en estos casos, así como en reumatismos, artritis y gota. Problemas digestivos presentes desde hace mucho tiempo requieren un ayuno prolongado, así como la diabetes, la enfermedad de Bright y los problemas cardíacos.


¿Y después del ayuno…?


Nada puede producir una regeneración permanente, si después de la regeneración que se ha logrado, el organismo renovado vuelve a los hábitos de vida que practicaba anteriormente y que le llevaron a la enfermedad.

Un estilo de vida sano debe seguirse para poder mantenerse sano.